Ishaq ID — ¿Alma vieja?

PSICOLOGÍA

A diferencia de la horda de bestias que habita en esas calurosas tierras, Ishaq tiende a ser un joven sereno y tranquilo en comparación a sus hermanos. Es alguien calmado que no busca ocasionar pleito y que, cada que está en sus posibilidades, evita los conflictos a toda costa.
                     
¿Frío? En lo absoluto. Es una persona agradable y con la que se disfruta de entablar una conversación. Criado en un ambiente en el que se apoyan los unos con los otros, es un ser perfectamente capaz de extenderle la mano a aquellos que se han ganado su cariño. Hospitalario y de buen corazón. Nunca le niega un pedazo de pan a sus hermanos, sean estos mayores o menores.
                     
Ishaq tiene unos ideales fuertes que incluso pueden ser descritos como impenetrables. Es alguien con un pensamiento marcado y esto no se ve cambiado por nada y por nadie, aun cuando puede llegar a hacer contadas excepciones. Fiel a su aldea y su líder, es un guerrero que no duda en actuar cuando la situación lo amerita. Entrenado en el arte de la guerra, Ishaq tiene una forma de pensar que se apega a la de un guerrero. No le da mayores rodeos a las cosas que no las ameritan; su vida ya es lo suficientemente problemática como para estar estresándose de a gratis. Las prioridades en su día a día han sido marcadas desde que comenzó con aquel estilo de vida a los quince años: primero el pueblo que le dio una familia y luego aterriza con su propio bienestar. Antes de él están los demás, aunque esto únicamente suele referirse a un bien físico y uno emocional, aspecto en  el que no se preocupa por terceros.                        

Cosas como rivalidades son detalles marcados en el fénix. Ha tenido la dicha de cruzar palabras con las habitantes de Núren; es un hecho que desde ese entonces no soporta tanta gracia y belleza en un solo ser, aunque irónicamente, él mismo es una criatura que en el exterior se puede ver como alguien delicado, mismo motivo por el que llega a detestar a cualquier fémina existente. Para él son sinónimo de delicadeza.
                     
Incluso podríamos describirlo como alguien enojón, los habitantes de la aldea Pyrca no dudan en describirlo como un viejo amargado, aun cuando este no es el caso. No sabe tratar con críos, pero en lo que respecta otros aspectos es alguien ameno que ha vivido lo suficiente como para tener una velada satisfactoria con el ente de fuego, escuchando sus anécdotas e historias entre los batallones que ha experimentado a lo largo de los años.          
             
A su vez, es una criatura disciplinada en todos los aspectos de su vida, aunque en su inteligencia emocional más íntima llega a ser un desastre, el guerrero conoce sus límites y busca superarlos sólo si estos traerán cosas positivas a su vida; de lo contrario se limita a continuar con su aparente monotonía, tal y como muchos de sus compañeros llegan a criticarle continuamente.
                     
Debido a su pasividad y accesibilidad, entre jóvenes tiene un imán para atraerlos, por lo que está acostumbrado a dichos comentarios. No tiene problemas con las bromas, pues aún cuando llega a verse como lo describen, un amargado, es mas agradable de lo que se ve en el exterior. Basta con cruzar unas palabras con él para que ese tosco roar salga sin tapujos. Describe a su propia aldea como una bola de idiotas, una bola en la que él mismo se incluye.
                     
Y aún con todo esto, hay un toque de él que sólo los más allegados a su ser con capaces de comprender; en momentos de soledad, se le ve con un aura melancólica que contagia el ambiente. Observando el amanecer, admirando el paisaje o contemplando el cantar de las aves. La vida es bella y hay que apreciarla, si lo ves sólo no te acerques tanto o podrías perturbar su paz...

FÍSICO

Si odia tanto la delicadeza, un motivo ha de tener ¿No es así? Porque sólo hay que mirarlo unos momentos y saber que Ishaq es un hombre de lo más ¡Lindo! Empezando por las facciones de su rostro se le nota delicado, la nariz respingada, los ojos apenas rasgados, doble parpado, labios carnosos pero no por eso sin forma, unas cejas de envidia y ¡Bueno! Nadie apoyará su hombría cuando unos tintes rojizos se aprecian en la mirada ambarina del guerrero. Acostumbrados a la rudeza de los guerreros, resulta natural que molesten tanto al veterano.

¡Y tampoco es que su cabellera le apoye! Larga, larga y más larga. Las hebras del fénix son lacias y azabaches, llegando hasta el nivel de sus glúteos una vez que se encuentra suelto, mismo motivo por el que prefiere mantenerlo amarrado en una coleta alta, permitiendo que sus oscuros mechones caigan por los costados de su perfilado rostro. De cuerpo delgado y apenas marcado, Ishaq no parece la clase de guerrero a la que se acostumbra de ser observada.

Las prendas que suele portar llegan a ser un algo tediosas para alguien que no está acostumbrado a ellas, pero ¿Qué puede decir? Adora los kimonos y aun más por lo prácticos que le parecen en los combates y sus entrenamientos, pues lo amplio de los mismos le permite moverse como lo amerita y desea.