Illusion of green eyes —

Entre sueños dulces y la oscuridad de la noche, el silencio sube al monopolio, quienes abren sus ojos son capaces de observar unos ojos verdes que los contemplan con diversión, preciosas gemas, esmeraldas, brillantes, grandes y coquetos, los pies de dichosa criatura danzan con gracia y valentía para el deleite de sus tontos espectadores. Muchos la cuentan como un ser mítico que solo danza por la noche, otros prefieren llamarla por su nombre. La ilusión de ojos verdes, Nassar.

Ella es una dama, de apariencia exótica y atrevidos movimientos, el salvajismo por el cual es caracterizada su naturaleza zoomorfa de lobo albino no pasa desapercibido en actuar. Nacida un 02 de Enero contando con unos dulces 18 años de edad, Nassar es reconocida como la más bella y jóvenes entre los esclavos de Karr, su fama de prostituta no hace restricción a sus gustos por hombres y mujeres, declarándose abiertamente, sin ser consciente de ello, bisexual.



Sus pequeñas manos dieron cobijo a la pluma que rodó en los suelos de tierra, ensuciando sus hebras blancas del polvo y sangre que alfombraban el suelo, más aun así sucia, dañada, con la punta doblada y la tinta tan seca que ya no escribía su padre la aceptó cuando la hermosa pero joven Nassar se la ofreció continuando así el relato triste como muchos más y no el peor de todos sabían bien los cinco, que había sido obligados a aventurar, otra historia sin duda desesperante y traumática que sería ignorada por el ojo público, la justicia, oculta en lo mundano que nadie nunca quiere observar. ¿Por qué las personas tienden a ser crueles, velando por sus propios bienes y cuando otros buscan los suyos lo llaman injusticia? Pese a que es lo mismo que ellos hacen, pese a ser el mismo juego; con dichos pensamientos en mente Nassar no era capaz de entender la maldad que su familia había cometido para tener que sufrir el veneno de la codicia, viendo a sus seres queridos uno por uno desaparecer.

Quizás el costo de una valentía ciega, el haberse creído superiores para atravesar el muro pese a las advertencias que perseguían un acto de osadía en tierras de Karr, al no estudiar adecuadamente el miedo bajo el que sucumbía el clan al ocultarse por sus pieles, lobos preciosos como ellos que sabían el valor de sus vidas… Por ignorar y aspirar a algo más grande que ellos mismos el resultado pudo ser más cruel que el vivir eternamente bajo sombras y el régimen de una reina dictadora.

El grito que desgarró su garganta seca por los días sin agua, sin dulce leche, llegando a extrañar los charcos de cerveza que corrían en las tierras fuera de los bares en Karr, fue tan fuerte que hizo eco en las paredes de piedra que usaban para resguardarse de sus cazadores, lastimando sus agudas orejas y espantando hasta a los pájaros que no residían en Karr a la ausencia de abundantes árboles como en Nurén; un moribundo padre sólo fue capaz de alzar su cabeza para ver la espalda de su hija mayor interponerse entre los hombres al atrapar entre sus delgadas manos, mismas que por última vez acariciaron algo suave al recoger la pluma que se le había caído, el filo de una espada que rebanó como filete sus palmas, empujando, presionando, siendo el hombre más fuerte y pesado con ella hundiéndola con su propio peso hasta hacerla resbalar y caer, pero su padre ¿Qué podía hacer aquel hombre de barba y huesos marcados? Ella lo observaba entre lágrimas y sollozos lamentando el no haber sido lo suficientemente valiente para darle una digna muerte, atravesar su garganta con algo filoso y ayudarlo a morir de forma rápida y menos dolorosa que la lenta desnutrición, aquel hombre había hecho demasiado por los cuatros, y por su madre cuando estuvo viva; cuando lo vio regresar a las escrituras de su diario, como si nada estuviera sucediendo sonrió, no la vería para cuando su adorada hija mayor, tan hermosa como las otras e igual de delicada que una flor, desnudara garras y colmillos que se bañarían en sangre de un vivo. Pues así, sucedió ¿Y qué más podía hacer un cachorro de diez años? Un descuido mínimo bastó para que dos de ellos fuesen detrás de sus hermanos, y al intentar aullar para advertirles uno le atrapó, su cabeza golpeó con un mazo y al despertar, habiendo recuperado su forma humana en algún momento, una vieja mujer limpiaba la herida de su cabeza mientras el suelo se movía por cada piedra; subida a una cárcel andante, una carroza de jaula donde limitaba espacios con futuros esclavos iguales que ella pero menos preciosos, ante su finura, su blanca piel y sus verdes ojos todos se dieron cuenta que ella era singular y lo exótico allí no era bienvenido, más que envidiarla se compadecieron al saber que a esa niña le esperaba peores destinos que a ellos.

“La despellejarán en vida para que así la sangre fluya más rápido y nutra bien sus jugosos músculos, luego estos uno a uno serán recogidos y puestos a cocinar en un delicioso estofado que a narices de la reina llegará y su boca se hará agua” Oía a los otros presos murmurar entre ellos y a los celadores de ellos compartiendo las mismas opiniones, ante cada nuevo comentario Nassar más se entristecía mientras buscaba desesperada entre el puñado de gente que había dentro si alguno de sus hermanos estaba allí, la anciana que limpiaba sus heridas, una mujer que no parecía que sería vendida como ellos pero se encontraba dentro por razones desconocidas llamó su atención al clavar su uña en la herida abierta entre sus cabellos castaños haciendo que se quejara; entonces habló. — Si buscas a alguien igual a ti no existe, si te das cuenta eres lo único brillante en esta carroza.

Y así Nassar concilió el sueño, pues sabía que no podía existir destino peor que el que ella había elegido, sus hermanos esperaba que estuvieran bien y alcanzado la luz que ella jamás volvería a ver…

O quizás sí, pues la luna que se asomaba burlona entre los huecos formados por la antigüedad entre cada pared de piedra parecía brillar únicamente para ellos los esclavos, con una sonrisa burlona, como si realmente gozara de ver sus tobillos atados, su luz solo era un vago ejemplo de lo que ellos habían perdido. Nassar era siempre capaz de observarla, siendo ella la única entre todos que se asomaba en los huecos de la pared para ver el tiempo que hacía afuera, día, noche, tormentas de arena… Destruyendo sus pies poco a poco, el permanecer de pie era doloroso, con sus pies estirados y las cadenas tirando de ella para derribarla al suelo, cadenas esposadas a ella y a un pilar de piedra en las habitaciones oscuras. El calor por las mañanas era insufrible, juraba que era peor que estar afuera, pues no había viento que los refrescara y el metal picaba, para más tenían la mala suerte que era justo la hora en la que los guardias permanecían más activos, los jalaban a ser exhibidos por compradores en potencia o ellos mismos satisfacían sus necesidades con sus cuerpos; por lo menos Nassar que nunca fue exhibida a los compradores por la calidad de su piel que temían que fuese dañada, tampoco fue golpeada como otros, ella nunca creyó que esperaría ansiosa el momento en que la colgaran de muñecas y empezaran a despellejarla como perro, lo anhelaba cada vez más por cada pene que se postraba sobre sus labios.

Transcurrieron cinco meses en el que sol y luna carecían de diferencia, el hostigamiento era el mismo, y para poder sobrevivir dentro era de esperarse que Nassar siendo inteligente tuviera que cambiar antes de ser corrompida a la fuerza.
Relamiendo sus labios rosas y brillantes esperaba siempre al siguiente bocado, acariciando los barrotes con sus dedos y lamiendo los metales, tomando la tela de los mercenarios que desfilaban fuera con tal de llamar su atención, muchos caían ante el encanto de sus ojos verdes que jamás, JAMÁS perdieron el resplandor de vivir, así por cada tres hombres con los que jugaba a uno le robaba algo, a otro información del exterior y al tercero el privilegio entre los esclavos, popularidad pues si su destino estaba condenado a ser una esclava quería ser la mejor de todas; no era algo que le gustara pero para vivir era necesario si deseaba algún día poder escapar. Siendo joven y preciosa los rumores no tardaron en expandirse, pronto todos sabían su nombre para vergüenza pero satisfacción suya, y la razón por la que aun su piel no era vendida era desconocida para ella, se decía que simplemente esperaban despertar el interés de alguien más importante que cualquier otro.

Un día, uno de sus cazadores que era con quien más parecía tener atracción, mientras ella comía las uvas que había robado y ocultado en sus senos, se le acercó para únicamente dar aviso que el gran día por fin había llegado. La joven temió y una uva sintió que se le regresaría por la nariz al ahogarse, el hombre rió. — Sí, deberías temer… Ni siquiera yo sé que harán contigo Nassar, sólo recuerda a cada paso que des, cada segundo que respires que al siguiente puede que ya no vivas. Quieres salvar a tus hermanos ¿No? Suerte con ello. — Las rejas se abrieron y Nassar salió cohibida de su encierro, atada de muñecas y tobillo con tobillo, solo siendo capaz de dar pequeños pasos, junto a otros más la hicieron hacer fila en un salón durante varios minutos, minutos en los cuales acariciaba la tierra con sus dedos y el sol quemaba sus pestañas, hasta que por fin una mujer, no, una especie de Diosa en tierra, modelando sus firmes piernas, su cuerpo esbelto y su cabellera dorada, amarilla como el oro derretido, destilando orgullo, ella era el caos personificado.. Era LA reina, la reina Iris Raleigh de quien todos temían… La reina sonrió.

Así, así fue como dio inicio el verdadero infierno de Nassar sin saber que todo ese tiempo vivió en un metafórico cielo azul…


Su nombre circulará por siempre como una leyenda entre las celdas que mantienen prisioneros a los esclavos, relatando la belleza de una joven dama, no sólo una mujer, una tan hermosa que las palabras que se usarían para describirla jamás harían justicia a como ella realmente luce, no conseguirían la pasión suficiente para dar a imaginación sus inigualables mechones castaños, o a sus incomparables ojos verdes, alguien pero tan preciosa que aún sumida en los pecados más sucios no fue capaz de perder la elegancia y dulzura que sólo una dama puede tener. Dicha leyenda con silueta femenina se hace llamar “Nassar”.

Orgullosa con su metro y sesenta centímetros, pesando unos equilibrados cincuenta y ocho kilogramos, Nassar es capaz de lucir en sus limitados vestidos desgastados sus piernas aunque cortas esbeltas, bastante firmes y sensuales, tiene muslos gordos y pantorrillas bastante curvas, sus tobillos son huesudos al igual que los huesos y venas en sus pies que se marcan con exageración tras horas caminando. Ella es una mujer con eminente cadera que hace destacar su silueta en sus sueltos ropajes, pues dan indicio a su trasero redondo y a su vientre perfectamente plano libre de vellos, su cintura arremete con una exquisita curva que se remarca muy bien cuando posa sus manos sobre ellas, un profundo y sensual ombligo y después de este el paraíso del que muchos han gozado; sus tiernos melones, dulces y tímidos. ¿Quién no se enamoraría de semejante cuerpo? Pese al forzoso trabajo Nassar posee los hombros bastante delgados y huesudos, su espalda es igual de fina y sin embargo ligeramente ancha por los grandes pesos que ha tenido que cargar, en ella se marca sus omoplatos y su columna al tensarse, al final de su espalda tiene dos pequeños hoyos de su coxis; sus clavículas son profundas al igual que el espacio que se forma en sus axilas cuando eleva los brazos, el cuello de Nassar cuenta con buena extensión y marcadas venas que dan inicio a su quijada delgada, muy fina, una mandíbula bastante pequeña.

Su rostro ¿Quién no estaría encantado por sus adorables pecas? Nassar al ser de piel clara sus pecas suelen destacar por encima de su usual sonrojo, no un enrojecimiento de vergüenza sino por el calor de las tierras de Karr, mismas pecas cubren el resto de su piel al igual que algunas manchas y cicatrices de su esclavitud, esencialmente en sus pequeños hombros, brazos hasta el dorso de sus manos, en sus senos por abundancia, espalda, inicios de sus nalgas y en los empeines de sus pies. Sus cejas son castañas como su cabello, ligeramente gruesas y que sin embargo no le hacen lucir mal sino lo contrario, remarcan los contornos de su rostro, estas se extiendes hasta casi rozar el sien y en ella se difuminan con el resto de su alborotada cabellera, tiene la mirada esmeralda, de enormes iris y redondos con un toque de olivo, mismos ojos por extrañeza siempre tienen un extraño borde en negro cerca de sus pestañas, mismas que son curvas y muy largas. Nariz pequeña y respingada, con su punta ligeramente circular, su boca suele ser la fascinación de muchos, un especie de deseo inalcanzable, pues son gruesos, rosados, brillantes, bastante glamurosos y sensuales, se suelen mover con atrevimiento y al sonreír delatan una dentadura que en sí no es perfecta pero bastante tierna, siendo uno de sus colmillos, específicamente el izquierdo superior, ligeramente más corto que los otros quedando casi desapercibido en su dentadura.

Su cabello es EXAGERADAMENTE largo, color castaño cual cascada de cacao, un chocolate muy brillante, abundante tanto que es complicado para ella misma peinarse durante las mañanas, lo lleva siempre trenzado amarrado al final con unos hilos de trapo blanco que con el tiempo se hicieron café, se extienden hasta medio muslo y en su frente suele armarse una ligera bomba que cubre sus orejas perforadas y sus sienes. En su frente, por mero adorno suele llevar una barata prenda que pretende lucir color dorado desgastado, y este tiene una pequeña figura, Nassar suele estar descalza la mayor parte del tiempo, caminando sobre la arena caliente y por las noches en las piedras heladas, su ropa consta de harapos sucios y arremedados, una extensa bata blanca inferior que solo se ata en su nuca por un nudo dejando por completa su espalda al descubierto, dos brazaletes delgados en su brazo derecho cuatro dedos bajo su hombro que indica ser de la propiedad de la reina, en las noches de frío no tiene más con que abrigarse que con una tela larga color crema que arregla por encima de sus hombros.    
 


Completamente distante al concepto que se podría tener de esta joven esclava tomando de referencia la naturaleza de su ser, Nassar no es una chica salvaje ni impredecible, completamente lejano a esta definición al azar de ella, se hace conocer por ser una dama, una verdadera mujer, con elegancia y mucha finura, tanta gracia y clase en sus movimientos que de no ser por los brazaletes que presionan sus brazos nadie podría darse cuenta que es una esclava.

Su belleza, un punto que se ha tocado insistentemente, es sin dunda uno de sus mayores privilegios y fuertes, un detalle que le ha ayudado a sacar ventaja desde que descubrió la forma adecuada de tomar provecho de su apariencia, Nassar pese a reconocerse a sí misma como una persona orgullosa no es alguien que tenga escrúpulos al tener que rebajarse al nivel del peor tipo de personas para poder tener lo que quiere, así ha tenido que ser desde que entró en los fauces de Karr. No posee una verdadera vergüenza, es una mujer decidida que cuando desea algo busca obtenerlo a como dé a costo optando por actitud que distorsionan el principal concepto que se ha tenido de ella desde el inicio: Se convierte en una mujer lasciva y seductora, divertida, las barreras entre ella y las fantasías más sucias de un hombre se derrumban sin embargo jamás el abismo entre la vulgaridad y su destacada elegancia.

Desde presumir sus senos en ajustados trajes convenientes a la ocasión, menear sus caderas y decorar su angelical rostro con sonrisas atrevidas, la esclava que se conoció al inicio, reservada, tímida y obediente desaparece para cumplir los caprichos y satisfacer las necesidades de sus apostadores, Nassar llega a desconocerse a sí misma de las actitudes que toma sin encontrarse realmente a ella misma, si tan sólo es una interesada como cualquier otra meretriz o realmente es una digna hermana mayor que hace lo necesario para sobrevivir. Una gran mentirosa, casi mentirosa por gusto, Nassar ha estado envuelta en varios rumores por mera diversión pues dentro de cuadro paredes de tierra ser chismosa es algo bastante común, no puede evitarlo, es demasiado curiosa lo que la lleva continuamente a estar metida en problemas internos, averiguando con los mercenarios sobre el exterior o ayudando a los doctores a transportar sus supuestas medicinas entre los ropajes sucios que tiene que lavar día a día.

Oh, pero por supuesto que tiene que demostrar otra cara cuando está frente a la reina, aquella mujer atrevida, seductora, orgullosa y quizás demasiado metiche, desaparece para llegar una tierna esclava, sumisa, tímida y atenta, siempre fiel a la palabra de su señora pese a los gustos de la reina por humillarla en busca de probar su lealtad. No es que le agrade la reina, su única razón para seguir sirviéndole es la esperanza falsa que la rubia le entregó de poder ver algún día otra vez a sus queridos hermanos. Es bastante resistente, se deja humillar por la tirana, aguantando la esclavización y los trabajos forzosos bajo los cuales le somete, sin haber rechistado alguna vez sus palabras, alguien que se muestra completamente cohibida ante su voz. Nassar dice jurar estar dispuesta a entregar su vida si eso salva a la reina… Como si fuese verdad.

Pese a todas las vergüenza, la ignominia en la que se consume ¿Dónde quedó la verdadera Nassar? Es todas esas actitudes y a la vez ninguna. Sólo una hermana mayor realizando lo que puede, en secreto se sabe que Nassar ama a su familia, una mujer atenta y muy cariñosa, es sensible, demasiado torpe e inocente para creerse los juegos de la realeza que amenazan a sus seres queridos,  débil ante la violencia. Pocos son los afortunados que han logrado conocer esta otra cara de la joven esclava, una más cálida y dulce, una chica que abre sus brazos en las noches de frío para dar cobijo a los niños helados, pues no puede resistirse a los chiquillos, le recuerdan a sus hermanitos, ella quien limpia las heridas de los esclavos que regresan maltratados y realiza las tareas de las ancianas cuyas manos temblorosas y arrugadas ya no se ven capaces de trabajar más.  



 




Personaje: Aeolian.
Artista: Wlop.