Donde todo comienza...
En el principio de los tiempos solo existía la raza humana quienes vivieron felices en paz y armonía durante varios siglos, solo que muchos no contaban que durante ese tiempo, hasta se podría decir que antes de que ellos mismos existieran, ya se estaban creando otros seres de distintas naturalezas y diversas hábitats, provenientes de los cielos, del infierno, de las tinieblas, de otras galaxias o hasta de la misma tierra donde los humanos habitaban, pero ya fuese por negación o simple ignorancia, no conseguían ver que esto sucediese de verdad. Hasta que un buen día todo cambió, estas criaturas aparentemente desconocidas surgieron llegando a copiar los mismos rasgos humanos mezclándose entre ellos, pero aunque algunos buscaban la guerra los unos a los otros, muchos, en cambio, pensaron en la forma de expandirse y de crear una nueva y hasta mejorada raza que se prolongara por siglos llegando a lugares que en esos instantes estaban fuera de sus alcances.
Los que nacieron de estas combinaciones, los llamados “Híbridos”, fueron aceptados por unos pero repudiados por más, ya que habían niños nacidos entre demonios y ángeles, o vampiros con humanos, los cuales no eran aceptados por ninguno de los líderes de ambos clanes al considerar que los híbridos solo desprestigiaban ya que en su mayoría no podían utilizar al máximo las habilidades heredadas por sus padres. Esto hizo que ante el rechazo de ser diferentes, o más bien, especiales, buscaran refugiarse entre ellos mismos creando sus propios clanes u ocultando parte de sus habilidades para pasar desapercibidos y ser considerados de una raza pura...
~ Maine, Estados Unidos ~
“Hayate School” es una institución que fue fundada por vampiros de sangre pura, la primera generación de la familia Tetsuna, que pese a ser una familia de origen Japonés, se asentaron en la región por la comodidad de la localidad en aquel entonces, presumiéndose de ser quienes habían fundado una de las primeras escuelas que albergaba a hijos de grandes políticos y empresarios cuyas habilidades eran mayores que las de cualquier humano corriente (diciendo esto puesto a que ni híbridos se encontraban en ella), dedicándose a velar por la educación de estas razas puras para que aprendieran un mayor dominio de sus poderes y hacer que más adelante fuesen los sucesores de los lideres, o al menos, de los trabajos de sus progenitores.
Sin embargo, al pasar de los siglos cuando tocó el cargo a Ayanami Tetsuna, este se enamoró de una humilde humana naciendo de esta unión un híbrido, vampiro-humano, lo cual trajo momentos de mucho pensar y reflexionar el rumbo que había tenido la escuela desde sus inicios y el que quería de ahora en adelante. Amaba a su familia sin importar la diversidad económica y mucho menos de raza, por lo que creyó injusto que él teniendo un niño híbrido sano, emprendedor, y con grandes posibilidades para triunfar, los demás no pudiesen tener acceso a la institución solo por no ser puros o de estrato social diferente; y fue así, que en contra de toda regla establecida, dio pase abierto para que cualquiera fuese aspirante a entrar. Esto trajo un sin fin de problemas, los que tenían altos cargos no querían rayar su imagen colocando a sus hijos en una escuela donde la persona más humilde podía entrar, y ni qué decir si llegaban a juntarse, ya fuese de amigos o tener alguna relación más especial; pero por otro lado, también tuvo apoyo de esa minoría agradecida que fue creciendo cada vez más con el paso de los años, y una muy pequeña parte, de algunos nobles que estaban de acuerdo con la decisión del director extendiendo su mano para ayuda financiera.
Así pasó por un par de siglos, la escuela pasó de ser prestigiosa a ir pasando poco a poco a ser un rumor o una leyenda. Ayanami ya tenía tiempo de haber dejado a su hijo como sucesor, pero este, al no querer más el cargo de su padre por las tantas responsabilidades que esto incluía y al no tener a nadie más a quien dejar de su familia, optó que lo mejor sería cerrarla como cual capitán que se hunde con su barco…
Los alumnos que allí se encontraban, ante la incertidumbre de lo que pudiese ocurrir, si de verdad se llevaría a cabo o no el cierre de la escuela donde habían permanecido por años, algunos optaron por irse desde antes mientras que otros, los más humildes, se quedaron hasta que esta decidiese cerrar sus puertas definitivamente.
Más los días pasaban… se volvieron semanas, y esto no terminaba de ocurrir… no habían visto más al director Tetsuna, pero los profesores seguían recibiendo su paga al igual que los servicios de la institución seguían intactos. No habían cortes de luz, ni de agua, se seguían admitiendo tanto alumnos como profesores y demás trabajadores que se encargaban de la escuela, pero ninguno de estos había visto al director, siempre solía ser cualquier otro del área administrativa el que se encargaba de aceptarlos y de dar recados al superior. Se empezó a crear el rumor de que no había ningún director al poder, que se trataban de los mismos del área del personal quienes se encargaban de mantener una fachada de “director”, pero otros, aseguraban que habían visto a un sujeto joven, alto, de cabellos castaños y sonrisa amable, ya fuese por la entrada de Hayate, los jardines, o muy brevemente por los pasillos, alguien que no habían visto antes pero que parecía conocer la escuela perfectamente… no le solían volver a ver o se perdía entre las sombras como un fantasma. A ese, le apodaron simplemente “El director”, bien podría serlo o no, pero era lo más parecido a uno desde entonces...
Luego de que “El director” tomó el mando, la escuela parecía tener un nuevo rumbo, se respiraba otro ambiente, todo parecía seguir su curso, no como antes, quizás, se podría decir que hasta mejor, había algo más especial, el inicio de una nueva generación…
Sean bienvenidas todas aquellas criaturas sobrenaturales o no, a esta escuela donde nada es lo que parece, y donde todo puede suceder…
