—The wisdom hidden in immeasurable love, Amédée Sitara.
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—The wisdom hidden in immeasurable love, Amédée Sitara.
¿Para qué repetir el nombre de esta mujer? ¿Acaso no han escuchado de ella? ¿De la hermosa sabia? De ser así, entonces permíteme darte una pequeña introducción a lo que implica su amorosa existencia.
Pocos son los que conocen el inicio de su vivir, ¿qué fue lo que marcó a esta dama como una futura sabia? ¿Tal vez su encanto con la naturaleza? ¿La sonrisa que siempre le dedicó a sus amados retoños ¿O simplemente su constante anhelo de bailar con su presunta madre? Imposible de saber, pero han sido los años de experiencia que, con el andar de las lustros, décadas y siglos la coronaron como lo que hoy en día es, con ese seudónimo con el que por obligación se presenta. Lo cierto es que prefiere ser tratada como una simple hermana, porque nadie ni nada le quitará su presencia como ninfa, una criatura entregada por completo a terceras existencias.
La primera vez que sus ojos se toparon con los de su bella tierra fue un veintiocho de abril, aunque hoy en día, algo tan vano como la celebración de su cumpleaños le parece innecesario. No obstante, para sus hermanas parece ser día de fiesta. Asimismo, puede sobrar el mencionarlo, pero ¿Cómo no hacerlo cuando su clan es el motivo principal de su respirar? Todas sus hermanas, cada una de ellas una bella dama veneran, incluyéndola a ella, con pleno amor y cariño al árbol que con tanto orgullo se alza; siempre imponente y sin comparaciones, mucho menos sin precedentes: Nurén es la tierra en la que Sitara nació, aunque cuando ella dio su primer grito ni un territorio era; más siempre tuvo lo que para muchos importó, que significara algo, porque a fin de cuentas, todos tuvieron la elección de proseguir en su tierra predilecta. Así fue como Amédée, en su tiempo, lo hizo. Jamás se arrepintió algo como ello nunca pasaría.
Amorosa es el apodo con el que se le ha tildado, pues su profesión inicial como una mítere fue la que le motivó a proseguir realizando lo que tanto amor supuso en su vida. Sin embargo, y aunque para muchos llegue a ser considerado como algo en lo más mínimo de deseado, se le podría considerar una mujer demisexual, porque no siente una atracción carnal hacia nadie en especial. Ama demasiado a sus pequeñas como para tener ciertas predilecciones; no obstante, no por eso niega la belleza que se deposita en el exterior, mujeres u hombres, cada uno de ellos tienen atributos que no pueden, ni por asomo, negarse.
La historia de Sitara se remonta a años atrás, a épocas de las que tu, querido lector, siquiera debiste de haber imaginado. No hablamos de lustros, ni de décadas, oh, tampoco de siglos, querido, sino de milenios, cuando la guerra que para muchos ha quedado olvidada simplemente, y de un momento a otro, explotó. Sí, hablamos de esa época. En todo caso, fue mucho, muuucho tiempo atrás, por lo que te pregunto, ¿cuántos años crees que ésta sabia tenía por aquellas fechas? Hoy en día la observas y te imaginas que no supera ni las treinta primaveras, pero ciertamente, desde hace milenios que la supera. Ella no era más que una simple adolescente, una recién iniciada en el mundo de su amada y ahora añorada profesión. La inocencia y la emoción invadía su mirada. Una ignorante de la situación que el Exié pasaba, ¿creías que sus inicios fueron como los de una persona informada y bienaventurada? Amédée era una adolescente superficial que jamás imaginó lo que el destino le deparaba, ¿qué culpa puede tener ella? Una simple puberta que apenas estaba aprendiendo a caminar en sus propias tierras. Nurén, una hermosa tierra en la que se presume la abundancia, en donde el cantar de las aves cada día te atrapa y en los que los frutos son el pan de cada día sin que exista motivos de añoranza; ¿dificultades? No cabe duda de que todas las tierras tenían su propia forma de existir, ¿perfección? Nadie la tiene, ni siquiera hoy en día. Sin embargo, no se puede negar algo, las nurén pueden gozar de una exuberancia.
Nunca se lo imaginaron, tal vez pudieron haberlo vislumbrado, pero ¿Qué tanto le puede importar a una niña afortunada lo que otras tierras extrañan en sus noches de penurias y tormentos? ¡La simple visión de un más allá no se posaba en los ojos de Sitara! Una joven que apenas y presumía de sus dieciséis primaveras, ¿Qué es lo que podía esperar ella? Fue de un momento a otro en el que la palabra guerra se posó en los labios de sus hermanas para describir la posición en la que todo Exié se encontraba, ¿Qué culpa tenían ellas de vivir en la ignorancia? Hoy en día, la ninfa recuerda con perfección el momento en el que esa palabra de los labios de su hermana mayor salió, es capaz de palpar la confusión en su corazón mientras amamantaba a una de las nenas que bajo su cuidado estaba, incluso puede rememorar el instante en el que, por haberse distraído ante la impresión, soltó con ligereza las hebras de su hermanita menor, provocando en ella una incomodidad pero al mismo tiempo, sensación de temor. La más pequeña del momento soltó un llanto y, Sitara, incapaz de calmar la voz de su tormenta, reveló, sin desearlo, su propia posición.
¿Puedes ubicar el sonido que las mamás hacen al callar a sus niños? "Shh, shh, shhh", cuando la joven separó sus propios labios para intentar llevar a cabo algo como eso, escuchó gritos que venían varones. Voces graves e imponentes. Nunca en su vida había escuchado algo como eso, un timbre que se asemejara al de ellos, ¿Por qué su primera impresión de un hombre fue la de alguien salvaje? Tomó a la niña en brazos y, asustada de lo que se avecinaba, le dio un suave beso en la frente murmurando que nada pasaba. Sin embargo, el rostro de sus hermanas lo contrario hablaban. No hubo necesidad de palabras, porque en cuestión de segundos, instantes, parpadeos, pum, irrumpieron en la cabaña. No es que Sitara fuera una mujer indefensa, sabía lo que debía hacer en esos casos, una nurén no se ve en la posición de romperse en pedazos, ¿peleas? ¿patear a uno que otro bandido? Eso no suponía un verdadero problema, pero ¿Qué pasaría por tu cabeza si, de un momento a otro, siendo completamente ajena a lo que implica una guerra, llegan tras de ti, buscando darte muerte porque esto implica una oportunidad de subsistir? La joven ninfa en esos momentos no supo como reaccionar, sus ojos se abrieron y comenzó a sudar. Se levantó de su lugar indefensa y de forma torpe, con la nena entre brazos, tomó una botella que le serviría de arma. Sus armas, unas guerreras, fueron las que tomaron la iniciativa de ayudarla. Eran fuertes, pero en esos instantes, no lo fueron lo suficiente. Justo cuando se las había apañado para salir de la cabaña y proteger la vida de su hermanita que entre sus brazos lloraba, uno de los hombres la tomó de sus hebras y la empujó de regreso a su lugar ¡Quiso defenderse! ¡Lo intentó con toda su alma! Pero... ¿Quién puede culparla de no saber cómo tomar la vida de un hombre que por necesidad actuaba? ¡Intentó dialogar! ¡Tuvo que pedir misericordia porque la ahorcaban! Pero, ese varón no mostró ni el más mínimo ápice de lástima.
Tomó a la más indefensa entre sus manos, de un simple movimiento, de un mortal arrebatamiento se hizo de la pequeña nurén que Sitara tanto cuidaba. Fue con un movimiento de aquella daga que el hombre tomó la vida de esa indefensa y diminuta alma. La vio morir frente a sus ojos sin poder hacer nada. La más pequeña de sus hermanas.
Y así fue cómo supo lo que una guerra significaba. Peleas por territorios, en tierras lejanas y en los que la gente tanto se extraña, siempre escuchó esas palabras como algo que no tomaría lugar en su vida diaria, pero ¿Quién lo diría? ¿Quién se lo esperaría? ¿Quién pensaría que esa generación tanto sufriría?
Fueron años duros, épocas en las que nunca se vio situada. Jamás se hubiera imaginado lo que ese estilo de vida implicaba. Tener que dormir armada, escondiendo a las más pequeñas para que sobre ellas no se abalanzaran, ¡Ah! ¡Pero qué desgracia la que tuvieron que pasar todas esas jóvenes aledañas! Porque, Sitara, en cada instante, temerosa de parpadear se encontraba ¡Y aun más por el cuidado de todas las niñas que bajo su manto estaban! Vio caer a tantas de sus hermanas, a las mujeres con las que comidas compartía y en las que, de necesitarlo, en sus pechos se acurrucaba; incluso a sus mentoras, a todas esas míteres que con tanto esmero a sus niñas se aferraba aunque fuera en los últimos momentos. Todas esas nenas que, poco a poco, paulatinamente, a su cuidado quedaban.
¿Años duros? Eso se queda corto. La realidad va más allá de la ficción, porque todas esas fábulas y cuentos que de niña le contaban nunca, jamás, se asemejarían a lo que una guerra en verdad, acarreaba. Así que, lector querido, cuando veas a esta sabia viajando con la simple habilidad de su pensar, te recomiendo sacarla de todos esos pensamientos que la atormentan sin parar, ¿alguna vez has notado su bella mirada pérdida? Pues en todo caso, yo te recomendaría que le hables con la mejor de tus sonrisas y la traigas a lo que ahora se coloca como su hermosa realidad. Recuérdale con el simple gesto de tu mirada lo bella que hoy en día es tu hermosa presencia. No permitas que se sumerja en los recuerdos del pasado, porque ya ha sufrido demasiado como para seguir torturándose con historias de antaño.
¿Qué hay de su personalidad? No cabe duda de que Sitara es un rayo de sol a todo aquel que se le acerque. A pesar de la melancolía que constantemente se presenta en ella, esta sabia es una mujer que sabe a la perfección "el pasado es pasado" y que un exceso del mismo no es en lo más mínimo de sano, por lo que siempre la verás con la más hermosa de las sonrisas. Un gesto constante y del que se encarga que nunca desaparezca, no sólo de su propio rostro, sino que también de sus amadas y adoradas hermanas que son el motivo de su existencia.
Para esta bella alma, el haber sido coronada como una sabia le es día a día innecesario, pues lo único que tiene a comparación del resto es experiencia y no hay más de lo cual pueda presumir o hablar con encanto. Amédée es una mujer perteneciente a un estatus social que para muchos puede ser presumido como el mejor y el más privilegiado, pero ¿Qué tanto ha tenido que pasar para poder llegar a ese lugar? Es una mujer que está en contra de ideales, mas sabe a la perfección que un pueblo líderes necesita, por lo que no refuta ante el llamado de sus seres más amados, ¿Quién es ella, en todo caso, para negar las necesidades que surgieron a partir de antaño? Sitara, en ninguno de los momentos, ni en el más mínimo aspecto, podría dar como respuesta una negación ante un llamado que representa lamento.
Si algo le rompe es presenciar dolor en sus seres más amados. No lo tolera. Si ella puede hacer algo para drenar semejante sentir, sin lugar a dudas lo hará, aun si esto supone una consecuencia negativa para ella. Siente que es su motivo de existencia, representar una guía para quienes más lo anhelan. Una mujer que con el paso de los años se ha ganado el apodo de "amorosa". No hay palabra pueda describir mejor a esta fémina que peca de cariñosa, para ella no existe una preocupación más encantadora que el encontrarse mortificada por sus pequeñas. Siempre ha sido dicho que la vida es corta, y aunque para bastantes seres llegue a ser extraño el hecho de que ella considere la propia muy pequeña, para esta hermosa estrella no existe mejor pasatiempo que el corroborar el bienestar de sus hermanas. Peculiar y un gusto incomprendido, claro está, pero luego de todo lo que ha pasado en la vida de esta ninfita, la preocupación parece latente en cada paso que da.
Sin embargo, no por poseer un alma como la suya significa que se la viva sumida en el pasado, en lo absoluto, ¿Cómo podría autonombrarse sabia en tal caso? Dentro de todo, Amédée es una mujer positiva, mostrarse negativa no se presenta ni como posibilidad para ella; nadie tiene la dicha de observarla de esa manera, las únicas capaces de intuirlo son sus hermanas más allegadas, pero de ahí en fuera, es imposible observarla en malos pasos. Por lo contrario, es una mujer que siempre te extenderá la mano de así necesitarlo; ¿tiene pasiones? De sobra, pero lo que más le enamora es poder ser de ayuda, ¡se desvive por ser de apoyo a los demás! Incluso si estos no son de su propio clan, ¿Quién es ella para negarse a otorgar apoyo a todos los que le rodean? ¿Cómo podría llevar a cabo semejante acción? ¿Quién es ella para juzgar?
Nadie podría imaginarse la cantidad de años que colman su figura con semejante apariencia que la corona. Sitara es, como todas las nurén, preciosa. Las curvas en su figura no pueden ser del todo ignoradas, aunque no por eso se muestran exageradas. Tiene una complexión delgada que favorece en cada uno de sus movimientos. Las telas se aferran a su cuerpo con maestría, dejando en evidencia la figura que muchos y muchas admiran. No obstante, es muy discreta con las ropas que emplea, pues mostrar de más nunca se ha colocado como una predilección. Es algo a lo que se encuentra muy ajena. Prefiere las prendas sueltas que se ajusten con un simple agarre en su cintura. Una amante de los vestidos y de cubrir su fisonomía, mas los escotes no son algo que se alejen de su rutina.
Posee hebras rubias y largas, apenas onduladas; no suele tener un cuidado particular con las mismas, pues simplemente se limita a desenrredarlas y, muy de vez en cuando, coloca dijes en su propia cabellera. Sin embargo, tiende a desviar su apariencia hacia la belleza que supone su rostro, llegando a ser un tanto obsesiva con el cuidado de tez. Pese a su edad y aunado a su raza, no hay signos de vejez en ella, más disfruta enormemente de cuidarse aunque sea por simple altivez propia, gesto que, por supuesto, rara vez se denota. Las facciones de la ninfa son delicadas, siendo sus labios como dos suaves pétalos dulcemente sonrosados, mientras que su nariz, pequeña y respingaba, suele moverse con gracia ante sus esencias predilectas. De pómulos altos y mejillas rojitas, Sitara es una mujer con muchos puntitos en su linda carita, viéndose siempre invadida por muchas pequitas. Sus hombros y su espalda, por su parte, igual son terrenos explorados por esta melanina que desde niña la acompaña. Como dato curioso, tiene cierta dualidad con la oscuridad, por lo que en las noches no es de extrañarse que éstas brillen en la misma.
Los ojos de esta sabia son lo que siempre llaman su atención, pues por la misma dualidad que posee con la oscuridad tienen una extraña luminosidad de la que no se puede separar. Orbes azules, enmarcados con unas cejas pobladas y unas bellas pestañas que le otorgan una apariencia sin igual. La cuenca que le acompaña es grande, por lo que para muchos ha de resultar indudablemente encantador su simple andar.
Es imposible que pase desapercibida, por lo que viajar llega a suponer un suplicio para esta ninfa.
No obstante, no todo es perfección en su figura. Hay más de un aspecto que la tiene limitada, pues las cicatrices le hacen compañía en toda su figura; en su espalda y sus pechos es en donde más se notan. Lejos de ser motivo de orgullo, suponen una vergüenza por no haber podido proteger a las criaturas que más ama, pero sin poder evitarlo es un pensamiento que calla. Prefiere cubrirlas con discreción, siendo las delgadas telas su más apegada protección.
¿Qué han de importar todas estas palabras recién retratadas si, al final del día, la belleza se marchita? Algún día, todo lo que ha sido narrado en sus respectivos años se derretirá, por lo que, ¿Qué interesa en todo caso? Los milenios se lo llevarán. Es mejor nutrir la belleza que se deposita en el alma, porque esa nunca se marchará.
Las habilidades de una mujer tan milenaria se deben colocar igual de especiales que las que se han presentar. Siendo que en su vida pasada fue una amorosa mítere, tiene un encanto sin precedentes hacia nenes y nenas por igual. Sabe a la perfección los toques que debe otorgar para tranquilizarse. No es de extrañarse observarla ayudando a las cuidadoras más inexpertas y otorgando uno que otro consejo que en un futuro las vaya a ayudar ¡Es de sus habilidades y pasatiempos predilectos! Aunque también, no se puede destacar que el cantarles les encante. A fin de cuentas, se trata de una mujer enamorada de la vida misma, y para su dicha fue bendecida con una voz que se asemeja a la de las artistas más talentosas.
Allegada a las artes en sí, pintar, dibujar e incluso bailar le fascina. No hay día que pase sin haberse deleitado entre los brazos de las pasiones que la acompañaron desde niña.
Para muchos es peculiar saber que es una mujer muy dada a la batalla, tuvo que entrenarse en tal área, pero no por eso lo disfruta en realidad. Es obligación, no algo que realice por simple diversión. El aspecto en el que más destaca es su innegable flexibilidad, por lo que las patadas se le dan; una ninfa que puede ir de aquí para allá, siempre activa y siempre bendecida por la naturaleza misma. Con una puntería casi perfecta y bastante experimentada, Amédée sabe cómo actuar en caso de que arribe un ataque sin más. Su puntería, para muchos, es inigualable, pero sabe de sobra que no es algo en lo que se pueda confiar.
¿Y sus debilidades? Ciertamente tiene más de las que le gustaría, empezando por su rechazo inmediato hacia el elemento del fuego, no sólo de forma física, sino que también emocional. Le provoca ansiedad y la termina por debilitar; aun más si este elemento se ve cercano a una de sus amadas niñas, en especial las que son más chicas ¡Ella son su motivo para dejar de razonar! Está consciente de lo negativo que puede ser esto, pero es que, simplemente no lo puede controlar.
Tiene un oído excelente, pero a veces le es terrible tener que escuchar de más. Suele ser un tanto paranoica en este aspecto, por lo que ruidos un tanto raros siempre la hacen dudar.
Asimismo, los varones llegan a colocarse en esta lista como uno de los más importantes, no porque sea adicta a ellos en un aspecto carnal, sino que un hombre fue el primero que irrumpió en su hogar y el que, sin el más mínimo de los miramientos, acabó con la vida de su adorada niña. No culpa a todos por igual, pero su rechazo hacia ellos tampoco se puede negar.
El primer poder de la sabia está relacionado a su raza, no le otorga nombres peculiares, le parece innecesario aunque, de presenciarlo en sus niñas, bastante adorable. Sus hermanas lo han nombrado Naturalis Creeper. Es una enredadera que emerge únicamente en tierra fértil y que se aferra al cuerpo del enemigo para imposibilitarlo de cualquier movimiento durante un tiempo de diez minutos; no obstante, es difícil que lo emplee en campo de batalla, especialmente porque hoy en día no se ve con la necesidad de realizarlo. Cuando lo hace es por sus amadas niñas que se encuentran en algún peligro, como caídas de árboles o simples tropezones; mas le parece una falta de respeto a la naturaleza, ¿Quién es ella para obligarla a crecer a un ritmo antinatural?
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El segundo poder de Amédée se inclina hacia su elemento predilecto, porque si bien posee control sobre el agua, con el que más se ha desarrollado es la tierra. Tiene capacidad plena de manejar el elemento a su placer, pero lo que más suele utilizar son unas dagas que realiza en cuestión de segundos, las cuales emergen de la tierra y apuntan a sus oponentes. El máximo de las mismas son viente y puede realizarlas cada viente segundos; no le cansa ni le provoca conflictos morales, pero prácticamente nunca lo emplea. No tiene motivos por los cuales pelear.
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El tercer poder de la joven, al igual que el anterior, carece de un nombre y se ve aliado con el arma que desde hace tiempo la acompaña. Se trata de un arco, porque prefiere enfrentarse a sus enemigos a distancia, la acompaña desde sus tiempos de guerra. Las flores que se muestran en la misma son completamente naturales y cambian dependiendo de la temporada y esto es posible en vista de que su arma está hecha de madera. Es capaz de materializarlo en cualquier zona que le apetezca, siempre y cuando tenga un nivel aceptable de fertilidad. Basta con una simple semilla o incluso una simple rosa para poder materializarlo, no obstante, en tierras como Karr o Roar se ve imposibilitada de realizarlo.
El arco permanece con ella hasta que el mismo se marchite o que, en su defecto, ella ya no lo necesite. El número de flechas que realiza son 15.
¿Gustos y disgustos de ella? Hablando de lo primero, es una apasionada de las artes. Le encanta la música, especialmente el dulce sonido que reproducen las arpas ¡No tiene mayor predilección que el momento en el que sus pequeñas se aproximan a ella para deleitarla con tan preciosas melodías! Incluso si esta a oídos de expertos suena catastrófico, a ella le fascina. No encuentra mayor deleite que el proceso de aprendizaje, le parece encantador.Una de sus esencias predilectas son la pachulí, pero también le encanta el olor a tierra mojada.
Sus disgustos no siempre los muestra, pero sólo para empezar aborrece la presencia de hombres, aunque si se trata de los más jóvenes no puede negar que tienen su encanto. También, y como resulta obvio en una ninfa, aborrece que lastimen a su amada y predilecta naturaleza ¡No puede tolerar el tan siquiera observarlo! Cada que presencia semejantes situaciones, algo en ella se rompe.
Nunca le han agradado los destierros, le rompen el alma observar a sus pequeñas marcharse, aun más ser ella quien pronuncie tales palabras.
Los olores artificiales provocan molestia en su nariz, a su consideración no hay nada mejor que la naturaleza.
Entre algunos otros de sus datos está la constante comunicación que mantiene con la madre naturaleza. Adora la meditación, por lo que si no la ves con sus amadas hermanas es porque se encuentra en contacto con lo que más adora, pero un secreto... Anda, acercate... Su flor favorita es la flor de loto, pero ¡Shhh! ¡No le digas a nadie! Detesta delimitar hasta el más mínimo de los favoritismos, ¡No le gusta en nada que sus niñas o sus plantas o sus animales se sientan echados a un lado! Por lo que también ha escondido el hecho de que, hace muuuuuchos años, llegó a enamorarse de una bella guerrera de los mares, pero shh, nadie puede enterarse.
Desde la guerra se esforzó más en aprender a defenderse, por lo que es muy dada a las artes marciales, aunque se inclina más en usar la fuerza del contrario en su contra.
Asimismo, Amédée corta su cabello cada que arrebata la vida de una persona, motivo por el que hoy en día lo tiene considerablemente largo. Un pasado del que no se enorgullece, pero que con cierto orgullo presume, únicamente, a sus plantas. Le enorgullece llevar tantos años sin verse con semejante necesidad. Espera que continue así por un buen rato. No se ve teñida de sangre ni una vez más.
Le es incómodo recibir declaraciones de amor, aaaah, nunca sabe cómo reaccionar... Pero no es que le parezca desagradable, simplemente le parece una lástima no poder corresponder los sentimientos de sus pequeñas.
Nombre real del personaje: Princesa Zelda
Nombre del anime/manga/videojuego, etc: The Legend of Zelda
Amédée Sitara
Re: —The wisdom hidden in immeasurable love, Amédée Sitara.
¡Felicidades y bienvenida oficialmente a Partem Septem! Aquí llega el corazón de Nurén, aquella con un amor incondicional... ¡Puedes empezar a rolear!
Lýkai
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