Eikki´s file

Dueño de un cuerpo de esbelta figura, músculos definidos pero poco marcados, no se destaca por ser alguien alto, a pesar de ser un elfo, su estatura podría rondar el metro sesenta; es también alguien delgado pesando poco más de 50 kilos.

Posee una larga y hermosa melena de suaves cabellos negros como la infinita oscuridad de la noche. Su rostro de sutiles rasgos, viaja sin demasiada definición entre el hombre y la mujer, con pómulos altos, ojos grandes del color de la flor del infierno enmarcados entre largas pestañas coronadas por finas cejas. Sus labios sugerentes y carnosos invitan con su palidez a ser besados.

El joven elfo es a primeras alguien desconfiado con quienes no conoce, sin embargo no resta que se muestre respetuoso con todo el mundo, principalmente aquellos que aparentemente son mayores que él. Cuando un lazo de confianza se forja se le puede ver notoriamente más relajado, transformándose de un chico tímido y algo serio a otro más jovial y divertido.
Quienes lo conocen, que no son pocos, juran que es un pésimo mentiroso por lo que no es de extrañar que lo consideren una persona de digna confianza; además Eikki valora muchísimo la sinceridad hacia los demás… aunque estos no sean recíprocos para con él.

Considerada tanto una virtud como una maldición, este Euen es alguien a quien la curiosidad y el deseo por saber le pueden; quizás vestigio de la influencia de su progenitor a quien siempre consideró un hombre muy culto y versando en amplios conocimientos, o simplemente sea una razón más para evitar ser una carga.

Las experiencias tanto buenas como malas marcan a una persona durante su tiempo de vida, Eikki no es diferente de cualquier otro, más los sucesos trágicos que tuvo que vivir de niño le han marcado hasta el día de hoy forjando en él ciertos aspectos de una personalidad que en otras circunstancias habrían sido diferentes.

No tolera la violencia, sea hacia su persona u hacia otro individuo, cualquier acto de ese tipo puede desencadenar en el moreno un estado de nerviosismo y parálisis pues le recuerdan a las vivencias de su pasado; las mismas que le impiden mantener una relación estrecha con el género femenino del que puede llegar a rehusar el contacto físico, algo que con el tiempo espera remita aunque es consciente que jamás llegará a ver a una mujer de ninguna forma distinta a la simple amistad.

Y aunque las mariposas aún no se hayan instalado en ningún momento en su estómago, ni haya sentido la vorágine de emociones llamada amor, sueña encontrar a aquel compañero especial con el que compartir su vida.

Gustos: La música, la naturaleza y caminar bajo el cielo estrellado.

Disgustos: El fuego, la violencia y las mujeres.

Habilidades: Es un maestro tocando el violín, la flauta y el arpa.
Puede ver el doble de bien en situaciones con iluminación escasa, siendo capaz de distinguir colores y detalles. Además de ser capaz de ver y oír a largas distancias.

Tiene una gran memoria eidética  que le permite recordar alrededor de 100 plantas distintas y sus propiedades medicinales, por supuesto debe haberlas estudiado antes.

Sabe usar el arco con gran pericia, su pulso clínico le otorgo además una precisión envidiable por lo que lanzar cuchillos y bisturís le resulta fácil.

Poderes:

Debilidades: Desde que se vio envuelto en el incendio que acabó con la vida de su hermano menor y de su madre, y estuvo a punto de costarle la suya misma, Eikki teme al fuego, siempre que este sea mayor (en tamaño) al de una hornilla o fogata de campamento, su cercanía provoca una parálisis completa de su cuerpo.

A pesar de haber pasado muchos años desde aquel incidente, la intoxicación por humo que sufrió, le dañó severamente los pulmones. A veces puede sufrir episodios asmáticos.

Por sus circunstancias de salud, además de su estilo migratorio de vida, nunca ha sido entrenado para el combate apropiadamente por ello que su resistencia física se vea mermada en combates largos.

Armas:  

Spoiler:

Nacido dentro del seno de una humilde pero bien acomodada familia de elfos el pequeño Euen vivió sus primeros 5 años rodeado de amor y felicidad, sin embargo una noche, su padre, un afamado hombre versado en las artes de la sanación; trajo consigo la sombra de la incertidumbre y la preocupación. No trató de ocultar la verdad cuando fue interrogado esa misma noche por su esposa, quien nuevamente se encontraba en la dulce espera, individuos a los que nunca había visto por aquellas tierras interrumpieron en su lugar de trabajo ofreciéndole una irrisoria fortuna si accedía a forjar un trato con ellos.

La esposa del médico y la madre del joven Eikki, logró convencer al padre del pequeño de aceptar aquel extraño negocio, sin conocer las consecuencias que este traería a la familia, en su mente sólo cabía la idea de la utilidad de aquel dinero. Durante varios años la familia de 4 vivió con holguras gracias a los ingresos que entraban en las arcas de los elfos, más la suerte y la fortuna no tardarían en abandonarles. Los rumores se esparcieron rápidamente hasta llegar a oídos de las autoridades que capturaron al médico en plena transacción, el elfo fue juzgado y condenado al destierro por sus actos, más nadie sería consciente que entre los pacíficos y benevolentes euen, una minoría clamaba por un trato más severo a quienes perturbaban la paz del clan. Lejos de curiosos, en las remotas regiones de Euen, un hombre creyéndose estar en lo correcto, imparte justicia a los criminales que caen en sus manos, manteniéndolos prisioneros para que expíen sus pecados.

Aquella desgracia sumó mayor estrés a la mujer que ya sufría los estragos de una depresión post-parto tras el nacimiento de su segundo hijo.

Rodeados de una situación de maltrato intrafamiliar sumado al abuso de alcohol, Eikki creció sin un padre a su lado hasta la tierna edad de 10 años, su madre quien debía haber velado por la seguridad de sus dos hijos, vivía enajenada entre la culpa y la depresión. Una oscura y tormentosa noche, una decisión tomada por aquella elfa volcaría para siempre la vida del pequeño.Una humareda negra había despertado al elfito, quien no comprendía que ocurría en esos momentos; con gritos temerosos llamaba a su madre, por un instante pensó que no debió hacerlo, aquella visión demoníaca le atormentaría cada noche. Las llamas resplandecían tras la espalda de la mujer mientras esta sujetaba en sus finas y delicadas manos el atizador de la chimenea, Eikki apenas si pudo evitar el golpe que su amada progenitora le lanzó. El terror le inundó y le paralizó el cuerpo al ver como un segundo golpe caía sobre el frágil cuerpo de su hermanito, sus ojos se cerraron y pudo oír claramente el crujido de los huesos al romperse; al abrirlos nuevamente contempló el rostro que una vez le miró con infinito amor tornado en locura, la oscuridad se abalanzó contra él con el tercer golpe de aquella mujer.

El fuego alertó a los vecinos circundantes, en poco tiempo un grupo de Euen se movilizó para rescatar a la familia atrapada entre las llamas y apagar el fuego antes de que este se pudiera extender a otras viviendas cercanas.
Tres cuerpos fueron trasladados al hospital, pero sólo el pequeño Eikki lograría salir con vida aquella noche, sin embargo por la gravedad de sus lesiones los médicos decidieron inducirle un coma del que tardaría una década en salir.

Duros años siguieron al despertar del elfo, quien no recordaba nada de lo sucedido en el incendio que lo llevó a aquella situación. Quienes le cuidaron todo aquel tiempo, le contaron una verdad a medias, temiendo que su mente no pudiera soportar la carga real de la realidad. Su rehabilitación fue mucho más lenta de lo que se hubiera esperado, pasó tiempo hasta que su madurez mental se igualó a su cuerpo adulto.  

La impaciencia y la frustración ante los lentos avances le llevaron a conocer los melodiosos acordes de la música, muchos fueron los instrumentos que cayeron en sus manos y con los cuales alcanzó cierta maestría con la continua práctica.  

Finalmente tras superar tanto sufrimiento y con su vida encauzada a mejor, el joven elfo, agradecido a todas aquellas personas que le ayudaron a sanar de sus heridas tanto físicas como emocionales, decidió formarse en las artes medicinales, lo que no fue fácil, ya que de vez en cuando algún elemento disparaba ciertas situaciones incomodas para el joven.  

Al concluir sus estudios Eikki ya tenía claro como emplearía sus nuevos conocimientos. La pequeña fortuna que aún conservaba la invirtió en un carromato y un par de animales de carga, aquello le serviría de vivienda así como de almacén, que iría llenando con libros sobre medicina, y un sinfín de ingredientes y artilugios con los que poner en práctica las habilidades que había adquirido. Tenía una misión. Un propósito en aquella segunda oportunidad que le había dado la vida, recorrería todo Exié llevando a quienes lo necesitaran sus servicios como médico

éste elfo tiene la extraña capacidad de cambiar el color de sus ojos cuando es abrumado por sentimientos realmente fuertes como miedo o enojo intensos.

El 75% de su piel sufrió quemaduras de distinta gravedad, dejándole grandes cicatrices.

Su meta en la vida le ha permitido conocer diferentes clanes y culturas a lo largo de sus años.

La razón por la que su padre fue encacelado y condenado fue por haberse visto implicado en el turbio negocio del tráfico de cadáveres.

Apariencia:

Spoiler:

Nombre real del personaje: Sagihara Sakyou
Nombre del anime/manga/videojuego, etc: Ken ga kimi