Algo de juego... [Priv. Melry Da Nyx +18]

Realmente habia sido una noche bastante buena para la gran empresaria del juego Esmeralda; pudo ver como es que los aristocratas de Torava vinieron a bordo de su casino a gastar grandes sumas de dinero y algunos a despilfarrar lo que les quedaba, otros a solo hacer vida social con los de su clase; mientras la pelinegra se paseo entre ellos observandolos, viendo que nada hiciera falta y que tuvieran todo lo necesario para que estuviesen comodos y siguieran gastando con mucho afan su dinero. Podia observar como los incautos iban perdiendo paso a paso su dinero y las riquezas que apuestan, ganando en algunas oportunidades pero no alcanza a ser lo necesario para poder recuperar lo perdido; asi es siempre.

En cada reino que iba, la historia se repite; como si es que su aeronave fuera un iman para venir a gastar, que la avaricia se concentrara en ella y que otra clase de pecados tambien se llevaran a cabo a bordo de ella; pero a Esmeralda eso no le importa; aqui el asunto es llevarse la mayor cantidad de dinero posible y ojala, no fueran de sus propios bolsillos sino que de los ajenos. Aun asi, ahora las maquinas se habian silenciado; las mesas de juegos habian despedido a sus jugadores y la fiesta habia acabado; en el interior solo se encuentra la pelinegra, en su habitacion revisando lo que se habia recaudado la noche de hoy; lo cual es practicamente suficiente para poder darle la mantencion necesaria a su negocio y transporte; con lo que logro juntar de seguro seria suficiente para conseguir mas piedras magicas y con ello poner rumbo hacia otro lugar; solo que en esta oportunidad deberia ver que reino visitaria en esta oportunidad o si solamente pasaria una temporada en el aire hasta que su necesidad por juego y mas dinero se reavivara otra vez; mientras tanto verificaria sus cartas de navegacion y sus mapas para poder ver hacia donde se dirigiria en esta ocacion.

-"¡Oh sí! Un barco volador, ¡Que es un casino!"- froté mis manos, sabía que ahí se movía muchísimo dinero, que los más ricos y codiciosos estarían tan atentos a sus jugadas que no podrían darse cuenta de todo el dinero que me llevaba. Para mi aquello significaba enriquecerme a costa de los progresos de otra persona, en este caso, la dueña del lugar... Que se me antojaba algo interesante y muy inteligente, ya que llegar a tener algo como un barco volador era desde luego a base de mucho esfuerzo y progreso. Aunque el esfuerzo que aquello le hubiese llevado, realmente me daba igual... Solo pensaba en los collares, el oro, los diamantes...

Entré en aquel lugar disfrazada como muchos que entraban allí y pertenecían a Torava. Para ello había tenido que robar primero un vestido de altas galas; pero aquella acción no fue demasiado compleja para mi, pues ya sabía exactamente a quién y cómo... Después solo tuve que ponerme el vistoso traje y entrar, con una peluca obviamente, bien confeccionada. No llamaba demasiado la atención, con lo cual era genial, ya que podía seguir mi ritual de discreción.
Pronto la fiesta, el alcohol, los gritos... Se les subió a la cabeza, por lo que robar sus exos y meterlos debajo de mis faldas era aun más sencillo. Ahí estaban todos derrochando como animales, sin propósito alguno... Muchos parecían realmente enfermos. De un momento a otro, parecía que todo iba a derivar en un caos mayor... Sin embargo, había a alguien que paseaba por el lugar con total calma, y esa parecía ser la dueña. Una muchacha de marcadas curvas y generoso busto, iba preguntando a sus clientes si necesitaban algo más... Y a mi me estaba subiendo simplemente la temperatura de mirarla al escote...

Me pasé mitad de la noche mirando como meneaba sus glúteos de un lado para otro... Eso quería decir que acababa de dejar de robar... Pero ya llevaba una buena bolsa debajo del vestido.
Cuando la gente comenzó a marcharse, yo conseguí esconderme donde nadie pudiese hallarme... Aproveche para quitarme el traje, y sobretodo, me mantuve en silencio, esperando a que aquella mujer cerrase su maravilloso negocio.
La espera fue totalmente satisfactoria... Nadie se había percatado de que estaba allí. Amarré bien fuerte la bolsa con los exos que había "recaudado" y sigilosamente seguí a la muchacha hasta la habitación... Pude verla, ya que la puerta no estaba cerrada y finalmente, mientras observaba como recogía la suma de todo lo que había ganado, sonreí, acercándome a ella y dejándome ver -Este lugar es increíble... Lo tienes realmente muy bien construido y pensado-. Seguidamente levanté la mano, ya que podía verme en algún tipo de problema -Ah... No soy una enemiga, me llamo Melry, pero puedes llamarme Mel... Y bueno solo estaba buscando cobijo- mentí, realmente solo quería divertirme con ella, conocerla más... Me intrigaba y me atraía físicamente. -Es que... Ya es un poco tarde para meterme en algún hostal y claro... No quisiera tener que gastar exos... Espero que no te importe- y con aquello esperaba que la chica me dejase estar tranquilamente merodeando por su barco.

Esmeralda iba contando las ganancias una a una, no solo tiene exos entre lo ganado, sino que ademas habia algunas piezas de oro, anillos, gargantillas, collares, anillos, etc. todo tipo de joyas que los incautos con la desesperacion de estar ganando un buen dinero empiezan a apostar de forma mas fuerte y logran perderlo de la misma forma en que lo ganan. Fue entonces que la quietud de la noche y de su despacho fue interrumpido por alguien, una voz de un tercero que no deberia porque estar alli; normalmente siempre viaja sola, sin compañia de nadie, la gente que trabaja en su casino son en su mayoria contratados por ella, rara vez prefieren desplazarse sobre su nave, sino que mas bien la siguen por tierra tras avisarles en que lugar se reuniran y abrira su negocio; en si es gente muy fien a la pelinegra. - Increible para algunos... lugar de perdicion para otros.- Menciono a la voz extraña ante los dichos que expreso; pero de inmediato dejo a entender que no es enemiga, y cual es su objetivo al estar abordo. - No se si en realidad estas de suerte o no. Pude haber despegado y seguramente hubieras viajado a otro lugar fuera de tu lugar de residencia... si es que eres realmente de Torava.- Menciono para luego voltear la silla en la que se encuentra sentada; quedando frente a la otra chica mientras se cruzo de piernas para estar mas comoda.

- Esto es un hotel para que te puedas quedar aqui... aunque si estas dispuesta a pagar para pasar la noche, pues podria pensarlo mejor.- Le menciono sin perder la oportunidad de tener un dinero extra por el servicio que le esta ofreciendo a Mel, pudiendo pagarlo como ella quizas pueda estimarlo conveniente; mientras le dio un rapido vistazo de pies a cabeza. - Tienes razon, es muy tarde para buscar donde poder hospedarte. Si aceptas mi oferta no hay problema de ello, pero unicamente sera por esta noche; mañana parto hacia otro lugar.- Explico mientras se coloca de pie y se dirige hacia la ventana mas cercana, observando el exterior, pero sin sacarle el ojo de encima a sus ganancias; menos en precencia de su nueva acompañante. No tardo en voltearse y dirigir sus pasos hacia la extraña, saboreando levemente sus labios al verla, para que cuando estuvo a escasos centimetros de ella, llevo su indice hacia la chica, deslizandolo de forma ascendente por su vientre y pasandolo luego por sus senos por encima de su prenda, para luego retirarlo de su cuerpo y llevarlo a su boca saboreandolo. - Veo que tienes buen sabor... tal vez puedas pagarme de otra manera en lugar de que tengan que ser exos.-

-¡Oh, oh, oh... alto ahí muñeca!- me eché un poco hacía atrás... Aunque realmente podía sentirme enferma por mis chillonas hormonas, las cuales deseaban tener mucho más con aquella muchacha, debía controlar un poco la situación. Las cosas no iban como yo esperaba... Aunque quizás pudiese darle un buen giro a los acontecimientos. Aquella mujer me estaba pidiendo que me vendiese a una noche como una prostituta... Lo cual, no tengo nada en contra de las prostitutas, naturalmente, pero no era algo que quisiera tener que hacer.
Me lleve una mano al mentón, pensando que podría hacer para que aquella muchacha cediese sin tener que llegar a soltar ni un solo exo... Sin embargo, no habían demasiadas opciones.

Aun con esas sonreí a la joven mujer, mientras me deleitaba observándola -Puedo darte unas cuantas opciones... No es que vaya mal de exos, pero soy una chica muy ahorradora- solté una breve risilla, bastante suave -Veamos... Puedo hacerte una máquina nueva en la que se dejen el dinero... Pero necesitaría días, y al final no te saldría rentable. También, podría pagarte la estancia, tal como me pides... Pero soy una muchacha seria, y no me gustan las cosas de una noche... Creo que lo más justo, para que ambas no perdamos demasiado, sería... ¿Un baile totalmente erótico? Yo creo que sería una buena idea, tú puedes verme como bailo y me quito la ropa, y a cambio me dejas dormir aquí ¿Qué te parece?-. Si aceptaba mi propuesta, finalmente, cuando robase parte de su botín, me marcharía... Y todo lo que hiciese sería por y para mi prospera vida.

Por otro lado, me aterraba que quisiera entrar en pelea, si se daba cuenta de algo... Ya que, como Artae, solo podría salir de allí matándola, y eso era como buscarme mi propia muerte. Cruzando los dedos, esperaba que la muchacha accediese, y quizás, y tan solo quizás, si me divertía, dejaría lo de robar para otros idiotas más feos y con menos inteligencia. Nunca sabes cuando podrías volver a tener que hospedarte en algo tan fantástico como un barco volador. Mientras dejaba que se lo pensase, echaba un vistazo rápido al lugar, haciéndome un mapa mental.

Parecia que la idea inicial que solo se reflejo en actos de la pelinegra no le habia gustado de primeras a la contraria; aunque parecia mostrar otro tipo de intercambio por el hospedaje que Esmeralda pudiera ofrecerle a ella. La primera opcion tal como ella lo habia dicho parecia ser algo que tardaria mucho, pero aun asi podia valer la pena para futuros negocios, pero eso implica que ella pase mas de una noche aqui; lo que terminaria pagandose con muchas mas cosas. Luego salio la opcion que ella ofrecia, un baile erotico para dejarme contenta y ella pudiera quedarse de alojada en el lugar; no podia quizas perder esa oportunidad donde ella se esta ofreciendo de manera tan facil. - Esta bien, lo acepto... pero si tu lo deseas te podria dar trabajo aqui. tienes un cuerpo que llama bastante la atencion, si asi lo quieres podrias comenzar siendo primero camarera, servirle uno que otro trago a la gente y asi iras subiendo peldaño a peldaño... pero acepto tu oferta por esta noche.- Comento ofreciendole tambien algo de trabajo adicional por lo que parecia que le serviria para ganarse la vida; ademas podria quedarse aqui sin pagar al estar permanentemente trabajando bajo el servicio de la empresaria.

en ese entonces, Esmeralda se volvio a localizar en la silla que utilizaba antes; acomodandose en ella para tener una buena vista del espectaculo que la extraña rubia le daria a ella; algo que nunca creyo que podria conseguir tan facilmente y menos en parte de pago por una noche. Realmente no sabia explicarlo, aunque muchas veces el no gastar nada de dinero da para realizar muchas cosas que uno en realidad no pensaria que pudiese decir o hacer, este es quizas el caso de la rubia. Una vez la pelinegra se acomo en la silla, cruzandose de piernas, llevo su vista hacia su invitada. - Bien, creo que estoy lista para poder ver lo que deseas mostrarme... y espero que sea realmente bueno y me deje con realmente deseos de mas y valga la pena que pases la noche aqui.- Le comento mientras no despega la vista de la contraria, esperando deleitarse por ver algo que realmente recrearia su vista.

La proposición de trabajo me cayó por sorpresa... Sin embargo me interesaba bastante. Eso no quería decir que dejase de robar en un determinado momento... No conocía otro mundo que no fuese quitarle a los ricos sus pertenencias, y me había acostumbrado bastante rápido a ello, por lo que no cabía en mi mente parar de hacerlo por nada del mundo. Ser ladrona era mi vida... Pero bueno, eso no quería decir que de vez en cuando aprovechase ciertas oportunidades, como la que la dama me estaba ofreciendo.
Tenía que contentarla entonces, para que quisiera que yo permaneciese en su barco flotante... Por lo que iba a esforzarme al máximo, por deleitarle con mis sensuales movimientos.

Sonreí a la muchacha -Espero que este baile te guste tanto como a mi ejecutarlo... Y no puedas dejar de pensar en otra cosa- le guiñé el ojo. Comencé a moverme lentamente hacía abajo, ondeando las caderas, mientras apoyaba ambas manos en mi cinturón. Deslizaba suavemente mis dedos gordos tras el cinturón, mientras sonreía a la mujer y afilaba mi mirada para provocar excitación a la susodicha. Mis intenciones eran claras, pero quería hacer a la dama esperar, porque así, acumularía más tensión en el lugar.

Posteriormente, subía y bajaba meneando mis caderas, acompañando con los brazos, acariciándome suavemente pos encima de la ropa, la zona de los pechos, el culo, el vientre y los muslos. Junte mis senos, más de lo que ya lo estaban, ya que mi ropa era algo apretada y conseguía ese efecto, y entonces bajé mis manos al cinturón, abriéndolo y tirando del mismo para soltarlo con fuerza a la derecha de la habitación.
Después, suspirando por el placer, me rocé la boca con los dedos, introduciendo uno en la misma y sacándolo con suma sensualidad... Para posterior mente desabrochar mis pantalones, dejando ver como tocaba mi intimidad con aquella mano y dedo que había mojado anteriormente.

No iba a jugar con mi intimidad delante de una extraña, pero la idea era provocarla ¿No? Y no esperaba más que conseguirlo. Deslice mis pantalones por mis muslos, sin quitarme las botas, ya que estos eran shorts y salían perfectamente con estas. Me di la vuelta y baje hasta tocar la punta de mis pues con los dedos de mis manos, mostrando mi trasero y algo más a la mujer, aun cubiertos por la ropa intima. Entonces bajé al suelo, poniéndome de rodillas y arqueando las piernas, bajando el pecho al suelo, aun dándole la espalda a la susodicha. Toque con una de mis manos mi entrepierna, únicamente apretando esta por encima de las bragas.

Después de aquello saque la mano y me erguí aun en el suelo, moviéndome como si estuviese manteniendo una relación sexual, la cadera hacía arriba y hacía abajo, para finalmente darme la vuelta y levantarme, abriendo mi chaqueta de golpe... dejando que todos los botones saltasen por la habitación. Suavemente comencé a quitarme la parte de arriba, junto con el sujetador, dejando que pudiese admirar mis voluptuosos senos. Los pezones estaban duros, por el fresco que había en la habitación y la piel se me había puesto de gallina.
En bragas y aun con las botas puestas, me fue acercando a la mujer hasta posicionarme lo suficientemente cerca para que no le quitase los ojos a aquellas dos que tenía pegadas al cuerpo.
-¿Quieres tocarlas?- sonreí con malicia y me subí encima de ella, poniéndoselas casi en el rostro. Comencé a bajar y subir mi cadera encima de ella y a rozarme con sensualidad.

Estaba segura de aquello le iban a dar unas ganas irrefrenables de meterme sus dedos en mis intimidades... Pero como bien había dicho, solo iba a bailar hasta que se hartase... O bueno, quien sabe.
Seguí rozándome con ella haciendo curvas, estaba claro que mis bragas estaban algo mojadas, por lo que me levante y me las quité, quedándome completamente desnuda enfrente de ella. Seguí bailando a la espera de que me dijese algo.

A primera instancia no contesto ante la propuesta de trabajo que Esmeralda le ofrecio; sino que fue directo al grano; a lo que ella le habia ofrecido y que la pelinegra habia aceptado; solo esperando ver que esto pueda ser realmente bueno, tal como quizas lo espera. Cuando escucho sus palabras, unicamente movio su cabeza de forma afirmativa; esperando deleitar su mirada con lo que iba a ver a partir de ahora. Fue entonces que los orbes de esmeralda empezaron a ver el sensual baile de la recien llegada; con la gracia en la que ella se iba moviendo y como es que muestra su cuerpo para buscar provocar algo en ella; deseando quizas despertar alguna clase de sentimiento impuro en su interior o despertar los instintos mas bajos que un ser puede tener, algunos vestigios de esa naturaleza animal que cada ser vivo todavia posee en lo mas profundo de su subconciente.

La pelinegra solo se quedo mirando, mientras la otra chica hace lo suyo, mostrando con gracia como se movia y ademas cada parte de su cuerpo que busca provocar a la otra; pero se mantiene alli firme mientras solo la observa. A cada paso que dal, el cuerpo de Esmeralda se iba agitando levemente, subiendo un tanto la temperatura en el lugar y su respiracion se iba agitando levemente con tan solo ver a la otra. A medida que iba pasando el tiempo, comienza a saborearse sus labios con el solo hecho de poder ver a la rubia con cada vez menos ropa, a pesar que ya venia ligeramente vestida, se iba desprendiendo de lo poco que lleva y que cubre su sensual e irresistible cuerpo. El como muestra y expone cada parte de su cuerpo llama de inmediato a cualquier clase de pensamiento impuro en la mente de la ludopata, pero seguramente esa es la idea que tenia la rubia al ofrecerse a realizar esto como parte de pago por unicamente pasar la noche aqui.

No tuvo que esperar mucho de su sensual baile para que y comenzara a ver algo mas osado por parte de la contraria; fue alli que dejo al descubierto sus voluptuosos senos y se acerco a Esmeralda, para quedar a escasos centimetros de su rostro; dejandolos a la altura de este mientras ella se saborea los labios con el solo hecho de poder tocarlos. Fue entonces que le pregunto si es que deseaba poder tocarlos, lo que ella no titubeo en contestar. - Si quiero...- De inmediato le dio una respuesta positiva a la proposicion que le dio, subiendose sobre su cuerpo para estar encima de ella, pdiendo sentir de forma directa la suave piel de la rubia que directamente llama a la lujuria de cualquiera. Lentamente comenzo a mover sus manos en direccion a aquellas dos grandes cosas pegadas al cuerpo de la rubia cuando sintio como es que ella empieza a mover su cadera y a rozarse sobre su cuerpo, sintiendo la humedad que traspasa la tela de su prenda intima.

Antes de poder siquiera tocar alguna parte de su cuerpo, deseando hacerlo, la contraria se coloco de pie y se alejo, para quitarse sus bragas frente a la pelinegra; mientras que tras dicha accion, ella continuo bailando, esta vez solamente con sus botas puestas. - Porque no te acercas mas Mel... quiero poder verte mas de cerca.- Le dijo en ese momento a la rubia, queriendo que pudiera estar encima de su cuerpo nuevamente, tal como lo habia hecho antes. En cuanto la vio a su alcance; no tardo en estirar su brazo y jalar a la contraria hacia su cuerpo, para que quedara sentada sobre sus muslos; teniendo sus senos sobre su rostro, tal como habia sucedido con anterioridad, donde quizas busco provocarla. - Ahora si deseo poder tocarlos.- Dijo mientras acerco su rostro a uno de ellos y lentamente empezo a abrir su boca, solamente empezando a lamer su pezon y contornearlo con su lengua; pudiendo saborear y sentir su suave piel. Estuvo asi por algunos minutos, moviendo su traviesa lengua por encima de su pezon, hasta que abrio un poco mas su boca y llevo sus labios hasta este, llevandolo al interior de su boca para asi comenzar a lamerlo con mayor profundidad y tambien chuparlo; como si fuera una niña pequeña buscando sacar algo de este. Condujo su diestra hasta su cadera y lentamente la empezo a acariciar en circulos, mientras que con su mano libre busco la contraria para guiarla hacia la parte de su cuerpo que la rubia mas deseara.

En el momento que tiró de mi, supe que aquello iba a acabar bastante mal. Noté rápidamente su lengua y sus manos, jugando con mis senos como si hubiesen dejado de ser míos... Se sentía demasiado excitante, tanto que me estaba apeteciendo arrastrarla al suelo y hacerle mil cosas arraigadas a mi lujuria. Pero en parte estaba sufriendo, porque no sabía como quitarla para no llegar al coito entre ambas...
Mi mente me jugaba una mala pasada, imaginando su lengua rozando mi entrepierna... O el simple hecho de llegar a tocarla... Finalmente, lleve su mano a mi entrepierna para que tocase el estado en el que estaba... Y luego la quite, apartándome lentamente de ella.

Me gustaba la chica, era realmente hermosa, y sin duda quería llegar a más con ella. Sonreí juguetona -Ya has comprobado por ti misma que me tienes casi a tu merced... Pero no puedes jugar en este juego, querida... Porque la que esta ejecutando el baile soy yo- me arrodillé ante ella y desaté su extraño top, dejando sus pechos al descubierto, los cuales comencé a masajear -Me encantan... Son tan suaves y blanditos, tan... Hipnotizantes- me encorvé hasta ella, lamiendo uno de aquellos pechos y mordiendo con muchísima suavidad el pezón, para luego quitarme con tranquilidad soltando aquellos senos y abriéndole el short. -Quiero lamerte... Déjame... Solo quiero probar tu sabor- estaba prácticamente quitando el short a la fuerza junto con la ropa intima. Y pude simple verlo, apartando sus piernas a cada lado de mi, ahí, de rodillas... Era rosado y brillante, tenía una entrepierna deseable. Acerqué mi boca a ella, y pase la lengua, tomando algo de sus fluidos... Me alejé con lentitud, aun con la lengua a fuera y me relamí los labios -Tú sabor es increíble...-.

Entonces iba a volver a meter mis labios en su sexo, pero me di cuenta de que no quería llegar hasta ese punto. Me levanté, me giré dándole la espalda -Creo que cumplí con la parte del trato que realmente me tocaba...- y cogí mis prendas del suelo con la intención de vestirme de nuevo. -Aun no sé tu nombre... Sin embargo... Ese trabajo que me estabas ofreciendo, me interesa bastante- quería permanecer a su lado, volver a tocarnos en algún momento de nuestros viajes... Pero no sabía si mi actitud ante el rechazo de sexo, le había sentado bien. Tan si quiera me había dado la vuelta para mirar su rostro... Simplemente no quería verla ahí tendida con tanta excitación, porque sabía que acabaría follándomela sin piedad.

Realmente este uno de los pocos juegos donde Esmeralda se deja en algunas oportunidades perder; pero buscaria que en esta ocacion no fuera asi. La chica parece que realmente sabe lo que hace; parecia que jugaba con Esmeralda, al igual como ella lo hace con la contraria; cuando le ofrecio a ella su mano y la llevo sin ninguna clase de obstaculo a su entrepierna; la cual sus dedos sintieron como es que esta se encuentra humeda con tan solo haberla tocado una vez. Quizo ir mas alla y al igual como lo hizo su anfitriona, ella le despojo de su top para asi tocar sus senos, cosa que Esmeralda no se reuso, sino que todo lo contrario; a pesar que no le respondio absolutamente nada. Solamente con escuchar su respiracion agitada, se podia ver como es que se iba exitando rapidamente, unicamente por como la otra la toco.

Aun asi, la rubia le pidio algo que esta completamente fuera de todo trato que hayan hecho; se empino y abrio las piernas de la pelinegra, acercando su cabeza y luego no tardo en sentir su lengua sobre su parte intima; lo cual con tan solo haberla tocado sintio un estremecimiento en todo su cuerpo, una especie de escalofrio y un suspiro pesado que dejo escapar de sus labios. -Aaaahhhh... !!- Solo alcanzo a ver como la rubia se alejo y se relamio sus labios, para luego dejar un comentario sobre lo que habia hecho. Pudo ver que al parecer deseaba continuar pero se freno, se coloco nuevamente de pie y se empezo a alejar nuevamente; viendo como es que recoge sus prendas. - Esmeralda; asi me llaman.- Le respondio mientras se coloca de pie, luciendo exactamente como es que la chica la habia dejado, con sus pechos al desnudo y su pantalon abierto aunque todavia parcialmente puesto. - Que bien que te haya interesado mi propuesta... tienes talento y seria una pena que pudiese desperdiciarse asi como asi.- Dijo para ir caminando lentamente hacia su compañera; acercandose hacia su espalda y cuando estuvo cerca de ella, le susurro esas ultimas palabras a su oido.

- Realmente tienes un talento innato para algunas cosas; seria realmente una pena que pudieras irte asi no mas y eso se perdiera. Yo puedo ofrecerte techo, comida y dinero; asi que ya no sera esta la primera y quizas ultima vez que te quedes aqui.- Le comenzo a comentar mientras no le podia retirar los ojos de encima, en el estado en que podia ver a la contraria sin ninguna prenda, pues la mantenia un tanto exitada; ademas que con lo que la otra realizo al final la dejo tentada a poder continuar con mas. - Nose como realmente decirlo pero me gusto lo que hiciste; la forma en que pagaste tu estancia y primera noche... pero tambien... me gustaste bastante...- Esmeralda no pudo aguantar decirle esas palabras a la rubia mientras comenzo a llevar su diestra hacia uno de sus muslos y comenzo a recorrerlo de forma ascendente. - Quisiera que probaramos ambas un poco mas; ¿no te parece ?- Le planteo mientras empezo levemente a empujar su cuerpo usando el suyo, comenzando a llevarla contra una de las paredes de la habitacion para practicamente dejarla de frente contra esta, mientras que la pelinegra se posicionaba sobre su cuerpo, haciendo presion sobre la otra para ejercer un poco de dominancia en ella.

Las cosas en mi cabeza iban demasiado deprisa... Esmeralda, era un buen nombre, para una mujer tan atractiva. Aun no conocía nada de su vida, y sin embargo la tenía delante mía presionándome contra una pared. Podía decir con una sonrisa en el rostro, que había conseguido que aquella mujer quedase totalmente enloquecida... Que me desease y que quisiera mucho más que una noche desenfrenada. Pero tenía que conseguir que al menos la primera noche no fuese una locura para ambas...

Me gustaba el sexo, sobretodo cuando se trataba de hacerlo con alguien tan excitante y preciosa... Pero quería conocerla, y eso iba más allá de nuestras entrepiernas. Aun así, posicionada frente a frente con ella, la rodee de la cintura y alcance con mis manos sus firmes glúteos. Con una sonrisa en el rostro, ante su intento de dominación, bese sus labios con suavidad y luego con la misma tranquilidad con la que me tomé el besarle, me eché hacía atrás, sin quitar mis manos de su suave trasero -Esmeralda... Tienes un nombre precioso que no quisiera olvidar... Pero escúchame bien... No me gusta que me dominen-. Como buena rebelde y tras haber aprendido a defenderme en cuerpo a cuerpo, conseguí que Esmeralda acabase en mi posición, contra la pared y de espaldas, con un brazo en estas. Apreté con la mano que tenía libre su trasero y la agarré del pelo -No me importa jugar contigo... Pero voy ha proponerte un trato...-, me acerqué a su oído y susurrando le dije -Trabajaré para ti... Te mostraré lo que soy capaz de hacer... Y a cambio, no podrás tocarme, pero me dejarás desnudarme para ti, y yo te lameré a ti todo lo que quiera esa jugosa entrepierna que tienes... ¿Te parece?-.

En aquel momento dejé escapar una sonrisilla juguetona, mientras mordía con suavidad sus hombros y los lamía. Mis deseos comenzaban a brotar de una manera muy descontrolada, y separé sus piernas con una de las mías... -Te dejo que te lo pienses, mientras... Bueno... Juego contigo un ratito más- llevé la mano con la que apretaba su trasero a su entrepierna, la cual noté mojada y eso me puso muy cachonda. Introduje uno de mis dedos en su vagina, mientras que rozaba con otro de la misma mano su clítoris... Había dejado de tirar de su pelo para poner aquella mano libre en su espalda y mantenerla contra la pared con la presión. Me lo estaba pasando demasiado bien, y realmente pensaba, que de tener menos control, rozaría mi entrepierna con la suya, hasta venirme del gusto.

Ahora parece que la cosa fuese al reves; en si Esmeralda fue quien jalo a la rubia en contra de la pared, pero por algun motivo ella logro voltearla y colocar todo a su favor. La rubia busco su dominancia innata sobre Esmeralda y la coloco de tal manera que fuera la contraria quen manda ahora; sintiendo como es que ella comienza a tocar su cuerpo, sin soltar sus manos de sus gluteos en ningun segundo. La mantuvo sujeta fuertemente de su trasero mientras que le jalo el cabello haciendo que su cabeza retrocediera y pudo escuchar lo que la otra chica le susurra; algo sobre un trato que ella le esta proponiendo; habia aceptado el trabajar para Esmeralda, pero con algunas clausulas de por medio. Le iba a mostrar que es lo que realmente sabe hacer, pero a cambio no podria tocarla pero si desnudarse para ella, entre otras cosas mas. - Esta bien... acepto.- Respondio la pelinegra a la proposicion ajena, mientras que la otra con la ayuda de sus piernas comenzo a abrir las de Esmeralda mientras que sintio que la mano que apretaba su trasero comenzo a soltarla, empezando a moverse por su fisionomia cambiando de posicion, empesando a llevarla a su intimidad.

Fue en ese entonces que el sexo de la pelinegra estaba bastante humedo, deseando que la otra pudiera llenar sus deseos de lujuria y saciarla hasta mas no poder, comenzando por ello de a poco al sentir como es que uno de los dedos ajenos empieza a entrar por su sexo; dejando de jalarle su cabello pero solamente llevo su mano hacia su espalda para presionar su cuerpo contra la pared, para mantenerla siempre bajo control e inmovil esperando que se rindiera sola y terminase por entregarse a los placeres que la otra le da. Comienza a sentir como sus senos son presionados contra la pared y son oprimidos mientras que la otra no para de dedear su sexo y rozar su clirotis de manera sujestiva. Su respiracion se vuelve cada vez mas agitada y su temperatura corporal aumenta, tornando sus mejillas rojas. - Ay Mel... que rico...- Le va expresando mientras que no tiene ninguna posibilidad de poder tocar a la otra, siendo la contraria quien parece tener todas las de ganar.

- Quiero... quiero... mas...- Le va rogando la pelinegra mientras continua sintiendo las atenciones de la rubia que tal como se lo habia aclarado antes, no iba a dejarse dominar en el sexo.