Akagitsune Ryūketsu

Akagitsune Ryūketsu

Fecha de nacimiento: Primavera antes del derrocamiento del antiguo tirano de Karr

Edad: Veintitantos // Edad real: 39 años
Sexo: Varón

Orientación sexual: Pansexual

Raza: Híbrido de Zoomorfo zorro y demonio

Clan: Karr

Puesto: Cumple Caprichos

Descripción física:
Akagitsune es un joven zoomorfo varón con una apariencia de humano en sus 20s. Su tez es blanca al igual que su cabello, del que sobresalen unas orejas móviles alargadas y puntiagudas características de los vulpinos, concediéndole éstas un desarrollado sentido del oído superior al de un humano normal.
Su rostro es de aspecto zorruno, siendo lo más sobresaliente el color rojo de sus ojos herencia quizás de su sangre demoníaca, los cuales le permiten ver con facilidad en la oscuridad de la noche; así como los colmillos que se dejan ver en ocasiones como parte de su dentadura.

Con una estatura de 188 cm (6'17") y un peso que ronda los 80 kilos (176 lbs) este zorro posee una musculatura marcada y bien definida, producto seguramente de las décadas pasadas ejercitando su cuerpo.


En su forma vulpina es un zorro ártico, cuyo pelaje varía según la temperatura y el clima, siendo blanco y espeso en zonas nevadas o corto y pardo en zonas áridas y calientes; además su tamaño varía considerablemente en comparación a su forma humana adquiriendo un tamaño de 45 cm  (17'72") y un peso de 6,5 kilos (14,33 lbs). De su aspecto humanoide solo conserva el color de los ojos.


Descripción psicológica:
Quizás no viva en el exuberante y verde territorio de Nurén, tal vez no sienta el calor de una fraternidad como Roar, ni respire la tranquilidad pacifica de Euen, tampoco se imagina vivir temiendo la muerte de otros como los Artae y mucho menos envidia los avances tecnológicos de Torava; para Akagitsune quién desde niño se ha sentido fascinado por las historias sobre la antigua guerra que separó y convirtió el mundo en lo que es ahora, Karr es su hogar, su lugar para demostrarse y demostrar que no tiene rival.

Siendo un cachorro aprendió que para vivir debía luchar, que las heridas eran la prueba de que seguía vivo para seguir batallando, ahora siendo ya adulto y hasta que exhale su último aliento seguirá rigiéndose por esa ley universal que marca a cada individuo en Karr. "Vive para luchar. Lucha para vivir."
A pesar de su porte elegante y la supuesta serenidad que lo envuelve, no hay que olvidar que por sus venas corre sangre de demonio, y que toda esa fachada de tranquilidad, es solo eso, una ilusión; pues si lo miras a los ojos verás a una bestia sedienta de sangre y caos, que disfruta de la muerte como un joven amante disfruta del encuentro carnal.


Aunque Akagitsune no es solo fuerza y salvajismo animal, es además un hombre extremadamente astuto e inteligente, después de todo se necesita algo más que músculo para complacer a la actual gobernante del Clan y por su posición en el mismo, ha sabido apreciar las experiencias culturales del resto del continente, llegando a adquirir cierta maestría a la hora de engañar y embaucar a otros siendo esto una gran ventaja a la hora de incursionarse en solitario en territorio enemigo.
Y son esa misma inteligencia y astucia de las que se enorgullece, las que le han enseñado, con el pasar de los años, que los pequeños favores que se reciben pueden acabar convirtiéndose en maravillosas bazas a su favor, o en cadenas de esclavitud que difícilmente se romperán; de ahí su principio a devolver los favores tan pronto se reciben.


Y aún a pesar de haber crecido y madurado como únicamente debe hacer un miembro de Karr, Akagitsune es aún un joven que disfruta de los pequeños momentos de placer que puedan llegar a su encuentro, ya se traten de una tranquila noche bebiendo, de una charla banal sobre cualquier asunto, o participar en una broma cruel e incluso la necesidad morfológica del apareamiento, sea o no objeto de reproducción.

User de Akagitsune escribió:

Y para hacer esto más sencillo y escueto, Akagitsune es un joven karr forjado en violencia y sangre, que disfruta con el caos absoluto y al mismo tiempo agradece tener momentos de soledad en la justa medida. Que es capaz de demostrar que su sangre de zorro no es solo decorativa y que un karr no siempre derrama sangre por más que cada célula de su cuerpo se lo grite. Y que su humor cruel o sus dulces palabras pueden ser sinceras, simplemente una broma u oculten segundas intenciones.

Gustos:
+ Como habitante de Karr y como digno descendiente de demonios, Akagitsune disfruta del caos, la violencia y los derramamientos de sangre.
+ Disfruta de largos periodos de tiempo en soledad, pues es su naturaleza animal, aunque eso cambia si se tratan de potenciales parejas o individuos de su misma raza. Este tiempo lo utiliza para explorar o simplemente nadar en las playas de Karr cuando tiene ocasión.
+ Aunque de dieta variada, no pierde la oportunidad de llevarse a la boca un jugoso pedazo de carne o una dulce y madura fruta.
+ Luchar contra un oponente difícil, la magnitud del desafío y fragor del combate provocan en él un éxtasis más placentero que cualquier placer sexual.

Disgustos:
- Palmaditas en la cabeza, roces en sus orejas o tirones en su cola, tres de las cosas que deberías tener en cuenta para jamás hacerle a este zoomorfo, eso si tu intención es vivir lo suficiente como para dejar descendencia en un futuro.
- Sabores ácidos o alimentos demasiado calientes pues pueden lastimar su paladar sensible dejándole el molesto picor de una lengua quemada.
- Un oponente débil que muere antes de darle la suficiente diversión, es en su opinión una pérdida de tiempo que bien podría haber empleado para encontrar a alguien que si hubiera merecido la pena de matar
- Colgantes, cadenas e incluso cuerdas, que puedan colocarse en el cuello le provocan una extrema repulsión hasta el punto de erizarle el vello.

Habilidades: Posee una gran habilidad para el manejo de la espada larga. Gracias a sus sentidos desarrollados de vista, olfato y oído e incluso a su elevada resistencia para recorrer grandes distancias a pie es un excelente tirador, rastreador y explorador. Por su agilidad animal escalar y saltar considerables alturas no le suponen excesivo esfuerzo.
Por su larga experiencia vital ha adquirido una maestría en el engaño.

Poderes:

► Poder 1 - {Kaze no Kitsune}
Explicación:
La habilidad "Kaze no kitsune" o "Zorro de Viento" permite a Akagitsune, tras ejecutarla, aumentar la velocidad de sus movimientos, por lo que puede usarse también para defenderse. On-rol la precisión de sus ataques mejorará. Esta técnica tiene dos inconvenientes,
• debe concentrarse para acumular en sus extremidades inferiores una pequeña cantidad de su energía vital o demoníaca,
• mientras mayor sea la velocidad que alcance más tiempo deberá esperar para volver a alcanzarla.

1-2: Concentración no alcanzada, sin variaciones en la velocidad. Los ataques y la defensa fallan.
3: Concentración no alcanzada, sin variaciones en la velocidad. Los ataques surten efecto 1 punto de daño producido, la defensa falla.
4: Concentración no alcanzada, sin variaciones en la velocidad. Los ataques provocan 2 puntos de daño y la defensa logra bloquear 2 puntos del ataque enemigo.
5-6: Al atacar la velocidad de sus movimientos provoca un espejismo en el lugar donde estuvo en ese momento que desaparece a los dos segundos. Daños de ataque producidos 3 puntos. La defensa evade hasta 3 puntos de daño del adversario.

Duración de la defensa: 1 post – tiempo de espera – 5 posts para la reutilización)
Duración del poder: 3 posts - tiempo de espera- 6 posts desde finalización.)

► Poder 2 - {Ikari no kitsune}
Explicación:
Ikari no kitsune es una habilidad que permite Akagitsune aumentar su tamaño animal 14 veces (hay que tener en cuenta que su forma animal tiene un tamaño de menos de medio metro) siendo el resultado final un zorro blanco de algo más de 6 metros de altura.
Esta habilidad le otorga una fuerza equiparable a la de un dragón con el coste –on rol- de que al volver a la normalidad –finalizada la lucha- los músculos de Akagitsune estén agarrotados hasta el punto de imposibilitarle el movimiento e incluso la pérdida del equilibrio.
El detonante para que Akagitsune utilice esta habilidad es mayormente la ira, de ahí el nombre “Ira del zorro”, aunque es posible que un momento de peligro extremo se vea forzado a utilizarla.

La primera tirada, determinará el éxito o fracaso de la transformación.
1 - 3: La transformación falla.
4 - 6: La transformación se lleva a cabo. Alrededor de su cuerpo se forma la silueta de un zorro, sus pupilas se afinan hasta convertirse en una pupila felina otorgándole a su rostro un aire de feroz bestialidad. Las uñas y los dientes caninos crecen más largos y agudos y su pelo se eriza casi flotando en el aire, su apariencia animal comienza a verse. El cambio completo dura un minuto.

Las siguientes dos tiradas determinarán el daño físico ocasionado por sus ataques, éstos estarán potenciados por su transformación.
1, 2: El ataque falla.
3, 4: 2 puntos de daño.
5, 6: 3 puntos de daño.

Esta habilidad elimina toda defensa posible contrarrestándola con un poder de ataque físico potenciado, tal y como se indica arriba.
Duración del poder: De 2 ataques - tiempo de espera- 6 posts desde la pérdida de la transformación.)


Debilidades:
• Aunque no se puede considerar una alergia en sí, tanto la acumulación de polvo como de polen en el ambiente provoca que su olfato se vea afectado impidiéndole en la mayoría de las ocasiones distinguir olores, aunque esto también ocurre en caso olores nauseabundos (cadáveres en descomposición) y humo.
• Su propia forma real, aunque su agilidad en esta le hace especialmente difícil de atrapar, es cierto que no es conveniente para él encontrarse en el suelo de alguna ciudad o mercado bullicioso, pues el ruido que producen dichos lugares aturden sus sentidos, convirtiéndolo en una presa fácil.
• Ciertos tintes colorativos empleados en las telas de las nurén pueden intoxicarle llegando al envenenamiento, lo que provocará limitarle a su forma animal durante una semana, tras la cual habrá eliminado las toxinas de su organismo.

Armas: En propiedad sólo una katana la cual siempre lleva encima, tanto es el aprecio que le tiene al arma que hasta le dio un nombre “Sanjou”. Aunque es posible verlo portando un arco si lo tiene a mano (básicamente si lo roba o se lo coge a algún muerto)

”Sanjou”:

Historia:
Una guerra siempre traía muerte y desgracia sin importarle de qué material estaba hecha tu cuna, pero se ensañaba principalmente con los más desfavorecidos, era su maldición y su penitencia; pero, a lo que de verdad habría de temerle es a aquello que viene tras ella.
Karr había sido pobre desde que el mundo tenía memoria, y la disolución de este sólo haría que ese hecho se evidenciara con mayor vehemencia. Desde la independencia de Karr y de los otros clanes, los víveres y suministros más básicos empezaron a escasear obligando a la mayoría dedicarse al pillaje, entre ellos y muy probablemente se encontrasen algunos de los progenitores de la pequeña camada de zorros que bajo tierra trataban de sobrevivir a duras penas.

El pequeño Akagitsune, recuerda aquellos meses donde su único sustento era la carroña que lograban arrastrar entre el miedo y el hambre hasta la madriguera donde habían nacido, sin embargo este mísero alimento también fue decayendo y los cachorros más pequeños y débiles no tardaron en colapsar por la desnutrición y la falta de agua.
Los días pasaron y los cuerpos de sus hermanos no tardarían más tiempo en comenzar a descomponerse atrayendo a los carroñeros. En su pequeña mente aún inmadura el instinto comenzó a enviar una señal, tenía comida suficiente para reponer fuerzas y tratar de encontrar un nuevo refugio, debía obedecer al instinto y olvidar los lazos que le unían a aquellas criaturas. Sin embargo no fue el único con aquella idea, debió enfrentar a sus hermanos, pelear por la comida, él o entre otro cachorro más dieron muerte a otro.
Akagitsune gruñó y chilló reclamando como suya aquella presa con la que sació su hambre, los dos otros dos cachorros que quedaban aún con vida debieron conformarse con la carne por la que antes se habían peleado.

Con el estómago lleno y armando de valor a su pequeño cuerpo se aventuró a salir del entresijo de túneles que, sin recordar si fue su padre o su madre, habían diseñado desde la superficie hasta la madriguera. Lo que en sus ojos se grabó como a fuego fue una visión tan desesperanzadora como aterradora, un páramo desierto con la tierra reseca por la escasez de agua y restos de criaturas desperdigadas por cada rincón.
Sin recordar cómo logró arrastrarse hasta una extraña formación de aspecto deshabitado que pronto le haría saber cuán erráticos eran sus sentidos aún.

Carne, sangre, calor, más calor y un grito que rasgaría su garganta al ser marcado como mercancía para esclavizar.
Le despertó el propio dolor de su cuerpo, tardaría varios minutos en ubicarse y otros tanto en recordar que había sucedido. Un edificio y varias criaturas con extrañas pieles capaces de caminar a dos patas ¿qué ocurrió entonces? Lo trataron de coger, pero escapó quiso correr lejos de allí pero otra figura le dio caza, chilló, pataleó, gruñó y mordió, sin ser consciente de que su cuerpo había dejado de ser el de un animal, y ahora en aquella especie de madriguera hecha con ramas comenzaba a fijarse en los diversos cambios de su cuerpo. Ya no le cubrían el pelaje dejando a la vista una piel tan blanca como la leche, sus zarpas y patas eran distintas y tenían unas extremidades que se movían. En su cabeza notaba sus orejas moverse y tras de sí la cola, un pequeño rayo de alivio inundó su nuevo y extraño cuerpo.

Veía extraños seres que no paraban de mirarlos, a él y otros que como él también se encontraban en las mismas madrigueras de ramas, cuando intentaron sacarlo de aquel cubículo se resistió todo lo que pudo hasta que fue golpeado dejándolo aturdido hasta el momento en que una soga le fue echada al cuello permitiendo a una de esas extrañas criaturas arrastrarlo por las calles de aquel lugar, el hecho de resistirse nuevamente esta vez no le provocó recibir un golpe, sino que fue levantado del suelo y cargado por aquel ser.


El tiempo había transcurrido, había logrado adaptarse a la situación a base de golpe además había conseguido aprender el idioma y también obtuvo un mayor control sobre los cambios de su cuerpo y un nombre, simple y obvio, pues por de su naturaleza animal y sus ojos no se esmeraron mucho pensarlo.
Ahora sabía qué era zoomorfo zorro, no era puro pero eso le era indiferente a aquellas alturas por el color de sus ojos y su capacidad de crear cierto caos y discordia pudo suponer que por sus venas corría además sangre de demonio. Vivía en la capital siendo esclavo de una reconocida familia de nobles fieles al gobernador de aquel momento, había visto asesinar a muchas personas frente a sus ojos y había sido llevado al Coliseo como un adorno, pues al parecer era bonito a la vista y sus amos les gustaba mostrarlo como cuando alardeaban de nuevas piezas obtenidas.


Por desgracia los cachorros crecen y pierden lo que una vez resultó adorable y encantador, no es necesario confirmar que Akagitsune no fue una excepción a esto. Su espesa cola que de niño lo hacía ver tierno y encantador ahora les era desagradable de ver a sus amos, pues a su parecer un joven zorro casi entrado en los 20s ya no les atraía ni entretenía como antes. Para él no fue una sorpresa, había superado con creces el desarrollo de los hijos de los amos, sus salidas con ellos también se había visto mermadas con el pasar del tiempo, y semanas atrás de su cabeza se esfumó el hecho de que no era sino un burdo esclavo del que en cualquier momento se podía prescindir.
Así que para este zorro de lengua afilada, humor cruel y astucia temible, encontrarse pisando las arenas del Coliseo era un hecho acontecido por su propia insensatez y por ello se lo merecía.
Gritos, gorgoteos, cuerpos y miembros cercenados cayendo al suelo uno tras otro, la carnicería había abierto y con ella su macabra mercancía. Si iba a morir allí, se dijo, sería luchando y arrastrando a quien fuera con él. Antaño había asistido a ese lugar como espectador, ahora era el entretenimiento…

Con cada ataque, esquiva y golpe recibido la sangre se le calentaba en las venas, en ese momento lo supo, el vacío interno que solo había sentido colmado el día que enfrentó a sus hermanos era la necesidad de luchar, de matar y vencer. Se movía con los reflejos básicos del instinto, su propia sangre manchaba ahora el suelo, el dolor no existía solo el placer de la lucha o eso era hasta que se vio acorralado con su vida literalmente entre la espada y la pared, entonces un miedo irracional puso en activo cada célula de su cuerpo, con un dolor como el que nunca antes había soportado le recorrió de arriba abajo, sus huesos parecían romperse y sus músculos se desgarraban.
Lentamente el dolor remitió y pudo visionar que los que antes eran sus atacantes ahora no eran más que diminutas figuras que con recelo y el miedo exudándose por sus poros alzaban la cabeza hacia arriba. El zorro volvía a ser lo que nunca dejó de ser y está vez era más grande y poderoso, ahora era el cazador y ellos una simple presa a la que dar caza.


Inmóvil. Dolorido. Con vida. Cada una de las partes de su maldito y maltrecho cuerpo se negaba a responder a sus vanos intentos de erguirse e incorporarse, y si por si aquello no fuera suficiente se encontraba encadenado en una de las mismas húmedas y malolientes celdas bajo el Coliseo. Con el transcurrir de los minutos los recuerdos, aunque desorganizados y sin sentido, regresaban a él. Había vencido y burlado a la muerte una vez más, un sentimiento de placentero júbilo trataba de apaciguar las dudas de por cuánto más tiempo seguiría respirando.

No supo si fueron horas o tal vez días, pero ya era capaz de moverse de nuevo, aunque seguía limitado a la longitud de las cadenas que lo mantenían cautivo. No era consciente de cuándo el sol salía o se ponía, todo era oscuridad rota débilmente por pocas antorchas que apenas si iluminaban el exterior de la celda.
El chirrido de una puerta al ser abierta y el sonido de varias pisadas acercándose alertó a Akagitsune.

El zoomorfo miraba al trío de personas que había aparecido al abrirse la puerta de su celda, éste se componía por una mujer de joven apariencia acompañada de lo que supuso serían dos mercenarios. La mujer se presentó como una leal y fiel subordinada de la nueva y autoproclamada Reina, quien había derrocado al antiguo tirano, hecho que había ocurrido mientras él, Akagitsune, se enfrentaba en la arena luchando por su vida. Además aquella subordinada de la reina, había oído los rumores de aquellos que presenciaron su numerito y que curiosa e intrigada por el protagonista de estos había ido hasta allí para hacerle una oferta que de rechazarla supondría su muerte.

Varios años han transcurrido desde aquella oferta, incursiones, saqueos, asesinatos, antojos incomprensibles y un largo etcétera sin final se han convertido en las peticiones y caprichos que ha debido llevar a cabo para su Reina. Akagitsune puede no ser lo que alguien espera ser en la vida sin embargo está agradecido de la vida que lleva pues le permite cumplir la ley de Karr. Lucha para vivir. Vive para luchar.


Otros datos:
 No está seguro de si es o no padre de alguna camada desperdigada por el continente producto de sus incursiones en otros territorios. Al igual de no saber con certeza si alguno de los hermanos que abandonó para sobrevivir siguen con vida.
 Entre los habitantes de la capital de Karr son varios los que aún sin haber visto su rostro no han oído hablar del Sanguinario Zorro Rojo de Karr.
 Su habilidad “Ikari no kitsune” solo lo ha empleado una o dos veces en su vida, y en ambas estuvo a punto de morir a causa de la misma.
 Bajo el hombro derecho cubierto por sus ropas, lleva la marca características de los esclavos de Karr.
 No es consciente de su edad real, pues lleva varios años bajo la misma apariencia.
 El tiempo que pasa en la Fortaleza, esperando recibir “pedidos” para su Reina se la pasa paseando en su forma animal o encaramado a una ventana abierta.
 Ayudó a escapar a uno de los hijos de su anterior amo, en compensación por los dulces y comida que recibía de estos niños.
 Los médicos de Karr por razones evidentes, han generado en su mente un incipiente temor a tener que dejar su cuerpo en manos de ellos.

Apariencia:

”Real”:

”Humana”:

Ikari no Kitsune:

“Es magia; cuánto más das, más tendrás. Amando también todos te amarán’’

Nombre real del personaje: Kogitsunemaru

Nombre del anime/manga/videojuego, etc.: Videojuego – Touken Ranbou