What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
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What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
Por un instante pensé en lo bonito que sería que algún trovador o bailarina nos hubiese acompañado en el trayecto, ya que no había llevado demasiadas cosas... Salvo algún libro que otro que había releído mil veces; el tema era que comenzaba a aburrirme, y aunque había pedido que parasen el barco en mitad del mar, para poder nadar y conocer un poco más de ese extraño lugar... No me hicieron caso como era obvio.
Tras un rato de meditación forzada, oí que una joven chica estaba herida... Al parecer se había metido en un lío con un tripulante, el cual había acabado en el calabozo, pues se abalanzó sobre la muchacha para aprovecharse de ella. Por lo que pude escuchar, aparte del susto que se podría haber llevado la joven, estaba herida en una de sus piernas y en una de sus manos. Me acerqué a quien estaba contando la historia -¿Sería tan amable de llevarme ante la joven? Soy médico, estoy segura de que puedo ayudar- sonreí amable, y no dudaron ni un segundo en llevarme junto a ella.
Cuando entre en el camarote donde la muchacha se encontraba, pude ver claramente la herida en el muslo derecho, cara interna y también la herida de la mano. De camino a este, había cogido una botella de alcohol y mi mochila donde llevaba algunas cositas... La idea era prevenir que las heridas se infectasen y sobretodo, que dejase de sangrar. Me acerqué manteniendo la distancias, pues tenía un olor familiar... Y es que la muchacha era del Clan Karr... Olían siempre extraño -Me llamo Sherezade, soy médico y he venido a ayudarte- la sonreí amable, aunque no esperaba lo mismo de ella -En cuanto te cure y prevengamos algo peor, me marcharé, tranquila...- me acerque un poco más, pero podía notar en la mirada de la joven cierta hostilidad. Aquello iba a ser complicado, por lo que me alejé esperando a que hablase, mientras procedía a hacer mezclas con el alcohol... Mi única intención era salvarla la vida de una infecciosa muerte, ya que en un barco así, era muy fácil coger cualquier tipo de infección mortal si las heridas no eran tratadas con cuidado.
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Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
Sí que me había ocurrido otras veces, ¡Y tanto! Casi a diario. Cosas de Karr. Seguramente el hombre se hubiera acercado con fines lujuriosos. Sí, recordaba haberme despertado sintiendo un peso inusual sobre el pecho y... luego... sí, eso era. Sin duda, sorprendida y ofendida, me lancé sobre él, arañándole el rostro. Bien, eso solo consiguió enfadarme más. Seguramente me juzgaran poco después. Y naturalmente ese hombre, fuera quien fuera, tendría prioridad. Al fin y al cabo ella era una meretriz arruinada de Karr. No podía más que ser peligrosa, era lo lógico. Y ya estaba suficientemente bien como para acabar encerrada. No tardaría en declarar contra ella. Naturalmente podría acusarle de agresión, pero... era una cobarde, una completa cobarde, y no era la primera vez que actuaba al margen de la ley. No quería levantar sospechas.
Y ahora me dolía todo. No podía respirar. Sin duda solo tenía un par de heridas poco profundas, pero para mí eso era enorme. También era una débil de cuidado, no siempre es la vida fácil la que te convierte en eso. Me habían pasado cosas peores con hombres así, pero... no en un barco en medio de la nada. De hecho, ¿quién me había obligado a subirme a un barco por primera vez en mi vida? Nadie. Yo, en un intento de huir de Karr como tantos otros, aunque estaba segura de que acabaría volviendo. No podía pasar mucho tiempo fuera de mi hogar. No me atrevía. Mi hogar era allí.
¿Cómo había conseguido información sobre mí? ¿Tal vez me había escogido al azar? ¿Tal vez simplemente hubiera observado? ¿Tal vez fuera simplemente el cortísimo vestido y el maquillaje improvisado? No me había molestado en ir de incógnito y ese había sido un gran error. Y de repente vino una mujer. Tenía un rostro amable, lo cual no ayudó a calmarme. Esos solían ser los peores. Un médico. Muy bien, otra persona con la que lidiar.
- Muy bien, Sherezade, ya puedes volver por donde has venido. Sé cuidarme sola.- gruñó, aunque no era verdad, pero no necesitaba que todo el barco supiera que era débil y dependiente. Eso sería propicio a nuevos ataques.
Ekaterina Niurka
Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
Decidí sentarme a sus pies y entonces sonreí -Verás, puedo explicarte el como vas a morir... ¿Ves tus heridas? Ahora echan una sangre roja brillante, la cual es completamente sana, a no ser que contengas algún tipo de enfermedad crónica incurable- me tome una pequeña pausa mientras miraba la mezcla -Pero eso me importa más bien poco, porque de ser así, desde luego luces como una verdadera flor-. Clavé entonces mi mirada en la de la chica y volví a señalar sus heridas -Estas en un barco a la deriva, camino a la Isla Kugg... Es un barco sucio, maloliente y de poca clase. Seguramente este barco se usaba para la pesca, ya que huele a muerte y putrefacción... Sí, lo habrán limpiado de arriba abajo, pero eso no te va a librar de una dolorosa y terrible muerte- era el momento quizás de exagerar algo las cosas.
-Bien, cuando la enfermedad entre por tus dulces heridas rojas... Comenzará a colonizar cada rincón de tu cuerpo, haciendo que tu temperatura aumente. Tus heridas comenzarán a echar una especie de mezcla blanca y amarillenta, llamada pus, esa pus no dejará de salir y entonces curar tus heridas será aun más difícil, porque tendrás que apretarlas para sacar toda esa mezcla que no es nada más y nada menos que todas tus defensas muertas. Su olor te recordará a las cosas más desagradables que hayas podido oler, y sabrás que estás muriendo lentamente... Porque esa infección se esta haciendo fuerte en ti- sonreí a la muchacha como si todo aquello fuese algo que desease, pero no era así -Finalmente, tras intentar salvarte la vida a ti misma, no podrás, tu carne putrefacta ni si quiera podrá dejar que los gusanos aniden en ella para dar una oportunidad de vivir... Y se convertirán en heridas necrosadas, las cuales tendrán un color negro estupendo que harán juego cuando mueran con tus ojos sin vida... Aquello se extenderá por todo tu cuerpo, y créeme, hasta que mueras, podrás sentirlo... Eso, la horrible fiebre que te hará delirar y seguramente, con un poco de suerte, también echarás un esputo rojo, que será la clave de que tus pulmones no pueden más- terminando con aquella explicación, levanté el bol con la mezcla -Bueno... ¿Qué me dices? ¿Procedemos a evitar tu muerte?-.
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Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
- Te puede dar igual mi procedencia, pero... no te doy igual.- eso hizo que me estremeciera más. No era algo que soliera ocurrirme. Pero su siguiente comentario sí que me asustó. Permanecí en silencio.
Sus explicaciones no me ayudaron a calmarme. ¿Qué pretendía? Seguramente asustarme para que accediera a sus cuidados. Acceder a una ayuda mediante una amenaza era una idea un tanto extraña pero bastante seductora. En ese momento me hubiera encantado abandonarme a sus cuidados, y de hecho estaba totalmente convencida y dispuesta a acceder, pero, ¿cómo? Habiéndome mostrado tan desagradable ya era prácticamente imposible. Me resigné y traté de no escuchar. Pese a ello terminé sintiendo náuseas.
- Veo que te hace ilusión salvarme la vida.- repliqué con una sonrisa irónica tratando de permanecer impasible.
- Empecemos pues.- suspiré. No había otra opción, no quería acabar muerta.- Soy Ekaterina Niurka, aunque supongo que ya te lo habrán dicho todo sobre mí.- tenía un deje amargo en la voz, pero me hubiera gustado sonreírle. No quería mostrarme débil, por lo que me contuve. Por alguna razón Sherezade me parecía una niña pequeña, aunque seguramente fuera mayor que yo. A menudo se me olvidaba que yo misma era una niña. No era un pensamiento agradable. - ¿Qué haces en este barco?- pregunté, curiosa. - No es un lugar precisamente agradable... y la gente que hay en él tampoco lo es... me incluyo.- otra vez esa ironía. Cualquiera diría que me gustaba verme perjudicada. La gente como Sherezade no era como yo. Suena extraño, pero es cierto. Dudaba que pudiéramos llevarnos bien, aunque a mí me hubiera gustado. Pero siempre tenía que fastidiarlo todo. Además Sherezade nunca querría juntarse con alguien como yo. Era simplemente imposible. Ella era médico, no era de Karr y seguramente tuviera una buena vida. Yo no le serviría de nada. Mejor sería alejarme cuanto antes. Pero no me sentía con fuerzas. Murmuré un "gracias" apenas audible y cerré los ojos pese a saber que no iba a desvanecerme.
Ekaterina Niurka
Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
Me incorporé para seguir curando su herida de la mano -Lo cierto es que, no había muchas opciones a la hora de viajar a Kugg... Todo esto lo hago porque necesito conocer otro tipo de flora... Ya que es la única manera de avanzar en la medicina... Y ciertamente, no me importa que tipo de personas hayan a bordo, soy un ser que sabe pelear en el peor de los casos- me quede mirando la mano -No voy a vendarte, podría ser peor...- con eso terminé de curar a la chica. La miré a los ojos -¿Y tú? ¿Por qué vas hacía Kugg? Puedo notar por tu olor que eres de Karr... Tampoco me extrañaría que quisieras irte de allí... Ese lugar esta infesto de mala praxis- me roce los labios pensando en si debería hablar así de Karr, ya que podría caerme un buen problema... Aun así me encogí de hombros -Tengo entendido que la Reina tiene un carácter complicado... Pero bueno, no es el tema...-.
Comencé a recoger las cosas -Si quieres, puedes acompañarme y estar en mi camarote, allí no te harán nada y podrás sentirte segura... Nos queda aun un largo camino en barco-, no es que me gustase la compañía para dormir, pero al menos me aseguraba de que Ekaterina no sufriese otro altercado violento y que permaneciese a salvo. Era una niña, sus ojos estaban algo caídos, quizás por el cansancio o simplemente por tristeza... Estaba claro que había llevado una dura vida a sus espaldas y que aun la llevaba... Pero yo no podría hacer nada por ella... En Artae las cosas eran muy distintas, ya que teníamos que andarnos con ojo, para no caer en el pecado de matar y condenar así a nuestro Clan... No negaré que muchas veces sentía ganas de matar a algún que otro imbécil, pero bueno, hasta la fecha había sabido contenerme.
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Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
- No me gustan los cumplidos.- repliqué, molesta, con algo de miedo a sonrojarme. Tampoco me gustaba especialmente mi nombre...- ¿Joven?- sonreí, irónica.- Tengo ya quince años, soy toda una veterana.- no solía bromear, y de echo bajó la voz en sus últimas palabras. No quería que todos supieran su edad... ni que la tomaran por alguien sociable. Solo quería estar sola, a menos que pagaran por su compañía.- Me alegra que no te hayan contado mucho.- bufé, aunque hablándome a mí misma.
Al parecer, Sherezade iba a Kugg para descubrir cosas nuevas, como yo, aunque nuestras razones era a pesar de eso muy diferentes. Por un momento me permití imaginar cómo sería vivir la vida de Sherezade. Seguramente también hubiera pasado por muchas cosas, incluso más que yo. Al fin y al cabo llevaba más tiempo viva. Pero en todo caso ella era médico y viajaba para aprender. Tan mal no podía estar.
- Entiendo.- contesté, asintiendo. Me devolvió la pregunta y comencé a sentirme incómoda, aunque traté de no dejarlo ver.- De hecho, lo que dices es cierto, no es un lugar especialmente agradable.- traté de moderarme y luego me pregunté por qué no decía la verdad.- ¿Para qué seguir fingiendo? Tienes que ir a Karr para saber cómo es, no te lo puedes imaginar. Y no, no te aconsejo que vayas, a menos que quieras tener ganas de matar a alguien o incluso a ti misma. De todas formas dos días después de llegar a Kugg seguramente coja el barco de vuelta. - lo dije de forma tranquila, incluso algo irónica, aunque nunca se había dicho nada más cierto.- Parece que tus capacidades deductivas son excelentes, por lo que no debo contarte nada más de mí.- su siguiente comentario me dejó helada. Bajé la voz hasta convertirla en un susurro enfadado.- ¡Claro que es el tema! ¡Ella siempre es el tema! No la conozco, pero si tuviera la oportunidad juro que la ahorcaría.- luego aparté la mirada. Siempre tenía que decir lo menos oportuno.
Su siguiente sorpresa ni siquiera me sorprendió. Me irritó un poco viniendo de alguien como ella, pero no me afectó demasiado como hubiera pasado con otra gente. Simplemente miré al suelo un momento, apenas un segundo, antes de asentir. No podía pagarme un camarote por lo que en un principio había pensado que tal vez el suelo no fuera tan desagradable. Más desagradable que en Karr seguro que no, en todo caso.
- De acuerdo, ¡No será nada incómodo, lo juro!- me puse la mano en el pecho y luego la alcé para añadir credibilidad a mis palabras. Otra vez esa molesta costumbre de jurar. No podía quitármela de encima. Comenzaba a atardecer y hacía frío. Yo necesitaba un vestido decentemente largo de forma urgente, aunque no podía hacer nada en ese momento.- Por mi parte estoy acostumbrada.- de repente me di cuenta de lo que había dicho y me sonrojé de forma violenta. Con la mirada clavada en el suelo, exclamé en un tono algo demasiado alto:- Vamos.
- OFF:
- Me vine arriba y me quedó un largososo rol (?)
Ekaterina Niurka
Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
Me quedaba el consuelo de que al menos en aquel lugar podría protegerla hasta llegar a Kugg... Y deseaba que se hiciese lo suficientemente fuerte como para resistir la tentación de volver a Karr, pero en el fondo sabía que aquella muchacha de finos cabellos rubios terminaría volviendo al lugar que la consume. Los clanes tenían como un poder místico, que te hacía siempre volver a ellos... Cada uno por sus motivos totalmente justificados... Yo me veía incapaz de dejar de luchar por la causa del mío, y estaba segura, solo con mirarla a los ojos que ella también desearía que Karr cambiase... Aunque podía equivocarme, estaba dejándome llevar por mis impresiones, como solía hacer.
Comencé a andar, una vez recogido todo, dirección a mi camarote. -Lo cierto es que es lógico... Que la culpa de todo la tenga la reina, la cual es la que debería hacer algo por su pueblo... Pero hay seres así, que solo ansían el poder y tienen el mal en su interior...- me paré en seco delante de la puerta que daba paso a mis aposentos -Hum... espero que no te desagrade el pelo de felino- reí un poco y entonces abrí la misma para darle paso. La estancia estaba limpia y recogida, había alguna bolsa de piel más donde tenía algunas cosas, como ropa limpia... Pero no tenía mucho más. Lo malo de estar en el mar en un barco así, es que no había forma de bañarse, por lo que debíamos esperar a llegar a Kugg. Entré dentro -Aun habrá que esperar un poco para la cena...- había traído algún que otro libro -Si lo deseas, puedes leer mientras tanto... Aunque no sé si pudiste aprender a leer siendo de Karr... Apenas conozco vuestra cultura... Es decir, las cosas buenas que tenéis allí...- me senté al borde de la cama y suspiré -Escuché antes, que el capitán haría una pausa en una zona calma del mar, donde se puede ver los corales del fondo... Quizás pudiésemos entonces bajar a nadar un rato, si no corremos algún tipo de peligro-. Aquello me parecía algo descabellado, pero aseguraban que era una zona bastante segura, donde se podía sumergir uno, sin tener ningún problema.
Sabía que para ambas al principio sería algo incomodo, pero pronto me soltaría más con ella... Entonces decidí cambiar a mi aspecto de felino y echarme sobre la cama -Ven siéntate a mi lado, no tengas miedo, no te morderé, ni te haré ningún tipo de daño... Soy inofensiva- sonreí aun en mi forma de felino... Verme cambiar era algo mágico hasta para mi, pero estaba mucho más segura y a gusto en esa forma. Era bastante grandecita como felino, así que a los demás les solía dar reparo al verme, y realmente, era normal, porque estaba hecha una peleona y nada me achantaba en esa forma. Meneaba la cola por lo a gusto que estaba a la par que algo inquieta... -Para mi es un placer disfrutar de tu compañía... Puedes contarme lo que quieras, yo te escucharé atentamente... Incluso puedes preguntarme aquello de lo que tengas curiosidad-, si íbamos a pasar juntas lo que durase el trayecto, que menos que tener una buena conversación, aparte de divertirnos entre nosotras.
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Re: What you want?- Priv. Ekaterina Niurka
Me condujo dentro de su camarote. Era un lugar ordenado, simple, casi vacío, que no contenía más que lo indispensable. No me gustaba tener que compartir habitación pues se me hacía muy familiar, pero me aterraba la idea de estar sola por la noche. Puede parecer ridículo, pero era cierto. Te acostumbras a ciertas cosas y ya no te puedes imaginar la vida diferente. Me tendió algunos libros y yo los contemplé de forma algo sobrecogida. Nadie quería libros en Karr, eran caros e innecesarios.
- ¿Leer? Ah, no. No sé leer.- comenté de forma un tanto avergonzada. Sí que tenía los conocimientos básicos, pero no lo suficiente para leer textos, y eso me hacía sentir algo inútil.
Entonces me propuso la idea de nadar y eso sí que me asustó.
- Tampoco sé nadar.- murmuré. Karr era un lugar seco.- No me hagas hacerlo.- luego me pregunté por qué me comportaba de forma tan estúpida. Ni siquiera era mi cliente. En resumen, no tenía por qué ser amable, ni siquiera discreta. Por alguna razón, decidió que sería un buen momento para asustarme. De repente su forma fue cambiando hasta convertirse en un enorme felino de porte elegante y aspecto feroz. Grité. Así, sin pensar. Me llevé la mano a la boca y la mordí hasta enmudecer. Funcionó. No sabía muy bien qué me había pasado, pero yo siempre había odiado la magia. No era... natural. Era una ventaja injusta para ciertas personas. Te volvía... poderoso. Era extraño que yo despreciara a la gente con poder, pues no creía que la misera te honrara con un buen corazón. Al menos a mí eso no me había funcionado.
Me acerqué lentamente hacia ella, sabiendo que mi aspecto era de todo menos imponente. Y, entonces, me dejé caer sobre la cama de forma ruidosa, con las manos sobre el vientre. Había reconocido la voz de Sherezade y eso era suficiente para asegurarme que no era peligrosa. Volví a carecer de modales, pero me dio igual.
- ¿Qué te podría contar? No hay nada. No tengo secretos. ¿Para qué? Todo el mundo lo sabe todo sobre mí. Lo suficiente como para alimentar rumores falsos y hacerme perder el poco honor que me queda. Ah, sí. Hay una cosa que no te he contado. Soy meretriz.- escupí. No tardé en descubrir que lo que ella quería era pasar un buen rato. Hice una mueca que podría considerarse una sonrisa. Maldición. Ahora pensaría que era bipolar.- ¿Y tú, tienes algo que contarme?
Ekaterina Niurka
» Shhh... be quiet... darkness is near...// Ekaterina Niurka's ID
» Un pequeño encargo para un gran recuerdo. - [Priv. Ekaterina]
» A trabajar... [ Priv. ]
» The New Toy (Priv. Iris)
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