Goodbye Space Cowboy ~ [Priv]
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Goodbye Space Cowboy ~ [Priv]
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I stand alone
And watch you fade away like clouds
High up and in the sky
I'm strong and so cold
As I stand alone
Goodbye, so long
Adieu
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“¡El mundo es igual que un zapato!” ¿Qué tan similar? Bueno, según el temerario explorador Vincent Kräzitski, y citando sus palabras; “tan grande como sea la suela de tu zapato”. La verdad es que nunca logre entender su respuesta hasta la noche del día de hoy. - Descansa en paz, querido amigo. Brindo por ti y que tú viaje al otro lado te sea eterno. – Arroje la última de sus posesiones justo donde ese viejo testarudo me lo pidió. Camine casi 3 kilómetros de cueva profunda e inexplorada para un acantilado con roca áspera. - ¿Qué se supone que querías que viera aquí? Anciano necio… voy a extrañarte.
Mi maestro falleció hoy. Hacía años que no resentía una perdida, si bien no falta el gilipollas que nos acorta un año o dos de vida a todos, las velas que se extinguen por su cuenta nos dan algo de esperanza… Ese hombre fue mi luz de esperanza, brindo por él y espero que esas ninfas de las que tanto hablaba le acompañen hasta el Nöthinheim... – “Ningún lugar” – Bebí una copa de lo más fuerte y arroje el vaso de madera hacia el precipicio esperando el eco. Luego de unos 5 minutos, resonó en un manantial subterráneo – Bueno, al menos sé que si me llego a caer por el borde, nadie ira a rescatar mi cuerpo y seguramente seré la merienda de alguna criatura.
A veces no sé qué me retiene aquí… debí de caminar sin rumbo por al menos una media hora más. – “Sigue adelante y no te detengas.” ¿Qué rayos queda por ver aquí? – No entiendo porque sigo caminando, a veces, solo me gustaría detenerme para siempre y no mirar atrás. Siempre siguiendo órdenes, siempre obedeciendo a los ancianos y; siempre volviendo al lugar que tanto odio. Esa solitaria casa de acampar en medio del grupo, si tan solo yo… - ¿Eh? ¿Luz? – Me puse los googles de lente opaco y avance hasta una grieta en el muro, la luz se colaba de forma gentil encendiendo los cristales en el fondo.
¿Un pasadizo? Parece tallado a mano, ¿acaso? – Cruce con cuidado hasta el otro lado y me vi deslumbrado en cuestión de segundos. Era una vista maravillosa, el lago subterráneo brillaba con los rayos del sol que se colaban desde la superficie, atravesó de las hojas de los árboles en aquella cima. La enredadera descendía de forma grácil cerca del muro; los cristales en el fondo brillaban en cientos de colores formando un arcoíris eterno. – Viejo idiota, mira que tentarme con esto. Si llegas a reencarnar, juro que os pegare una paliza.
Me senté al borde y deje que mis pies se enfriasen un poco luego de tanto caminar, arroje las botas hacia un lado y sumergí mis piernas en la helada agua. Arrastre mi mochila hasta mí y comencé a sacar mis cajas de almuerzo, el menú de hoy era mi especialidad de arroz con zarcillos y un pedazo de müfa bien hervido. – Al menos huele bien, la próxima vez trataré de echarle algunas otras especias, creo que un chile de gimillo le daría un picante delicioso. – Tan pronto como pasaron los minutos, un par de lobos de las montañas se acercaron con desconfianza - ¿Quieren algo de esto? Traigo suficiente para ustedes si quieren – Sonriendo saque una caja de madera y arroje algunos pedazos de carne cruda. Los lobos parecían darse un festín – Al menos no comeré solo como en casa.
EL sonido de unos pasos llamo mi atención, lo suficiente para hacer que los lobos erizarán sus espaladas. Pronto me rodearon como si me protegiesen de algo – A eso le llamo no morder la mano que te alimenta – Me levante con cautela y tome mi linterna apuntando hacia la grieta con cuidado, al mismo tiempo, acaricie a uno de los lobos para que se tranquilizarán – Hola, sal de las sombras. Prometo que no muerden, creo… no son míos – Le dije llevándome la mano a la nuca – Mi nombre es Heytt. ¿Gustas presentarte sin que ninguno de los dos muera o algo similar?
Los animales siempre estamos juntos en las buenas y las malas. Entiendo su desconfianza, mi yo animal también se siente inquieto.
Heytt Von Ströker
Re: Goodbye Space Cowboy ~ [Priv]
Ya se acercaba el mediodía con fuerza y Ascensio estaba en una de sus exploraciones fuera de todo, le gustaba su trabajo y en muchas ocasiones él mismo se autoimponía el buscar y encontrar cosas nuevas, ese era su manera de vivir en Exié. Ya llevaba un par de horas pasando a través de los pasajes que se concurrían en las montañas, a veces eran tantas que cualquier persona persona podría terminar perdida si no conocía la gravedad del asunto. El cansancio ya estaba a punto de hacer mella en su persona, se notaba en su expresión y en su respiración pesada, todo se centraba en el simple hecho de que el hombre no estaba muy acostumbrado a hacer tanto ejercicio físico, y no, no es como si el caminar le cansara en si, sino que en su travesia nunca llegó a tener un descanso - Debí tomar un descanso cuando tuve la oportunidad - se reprochó a si mismo por lo que no había hecho - Pero es que... - su mirada se centró en una de las entradas que seguían, ese sentimiento de búsqueda era algo que le gustaba tanto como comer o dormir. No pensó demasiado en el comer cuando un nuevo enemigo se hizo presente - ¿También? - pensó de forma sorpresiva, y es que su estómago había hecho un acto de presencia con un ruido, un sonido que evidentemente señalaba su hambre.
Aquél mago ya estaba en medio de uno de los túneles, quería comer, pero esperaría hasta llegar a una zona mucho más grande para disfrutar de su "apetitosa" comida - Debí pasar por la tienda de ellos a pedir algo de comida - se quejaba internamente pues tuvo que hacer algo totalmente inesperado y rápido para poder siquiera almorzar, y lo peor de todo es que lo aceptaba, aceptaba que no sabía cocinar muy bien y no es que le agradara mucho. La gota que derramó el vaso en el día del peliazul comenzó con una voz, una voz que le invitaba a presentarse y que de algún algo extraño le aseguraba que no le morderían - ¿Ummm? - fue lo único que alcanzó a decir Ascensio al tiempo que estiraba con su fogata para poder ver un poco más. Su expresión cambió casi por completo cuando la linterna del otro hombre también iluminó el sitio. Eran dos lobos de las montañas que evidentemente estaban algo molestos con el mago - Yo me llamo Ascensio - dijo el tipo sin siquiera prestar demasiada atención a la cara de su acompañante artae, y es que tenía que lidiar con el par de lobos que tenía al frente suyo - Podrías decirles que no ataquen, al menos - intentaba resolver la situación el hombre mientras intentaba marcar su territorio con el fuego de su fogata de mano. Se acercó con lentitud intentando no alterarlos demasiado y con su mano libre sacó su almuerzo, estaba dispuesto a sacrificar, con todo el dolor de su alma, su almuerzo para poder sobrevivir al menos que el pelirojo hiciera algo productivo.
Ascensio Cavatis
Re: Goodbye Space Cowboy ~ [Priv]
Mi maestro falleció hoy – Comencé a probar bocado luego de decir esas palabras en voz alta. Supuse rápidamente que sería un tema incomodo pero; por alguna razón sentí que era algo que quería sacar de mi pecho. La verdad es que tomé el camino egoísta y comencé a parlotear – El solía decir que todos nacen con un destino muy particular, no importa si el camino es fácil o difícil; siempre es importante tomarlo. – Mi mente estaba hecha un desastre desde hace días y la verdad es que mirar la luz que se colaba por las grietas hasta este abismo solo inspiraba mis ganas de “huir” – Planeo dejar las montañas muy en el pasado, lejos de mí.
Eso último sonaba algo filosófico pero, la realidad es que no estaba tan alejado de mis deseos. Vivir en las cuevas y subterráneo de la tierra reviviendo en sueños tantos momentos era letal. Mortífero. Durante los primeros años de mi vida me marcaron de tal manera que intente tomar mi vida en numerosas ocasiones. Nunca con éxito – Mi maestro cuando me salvó de morir en un acantilado dijo que no todos estamos hechos para vivir en el corazón del mundo. – Tome mi bebida y sin darle tregua, llegue hasta el fondo sin chistar – Yo estuve dándole muchas vueltas sabes, mañana tomaré mis cosas y dejaré el clan para siempre. Me iré a conocer el mundo y todo lo que oculta – Con mi mano, sujete aquella antigua esfera y me levante estirando los brazos – Ascensio, muchas gracias por compartir estas breves palabras conmigo. Aunque solo haya sido yo quien hablase en todo momento.
Los lobos se alejaron pues sabían lo que venía, extendí mis alas y comencé a elevarme hacia la luz. - ¡Nos vemos por ahí, cuida de este lugar por mí y de ese par! – Dejando atrás a aquel joven emprendí el vuelo. Salí a toda velocidad y por unos segundos la luz del sol fue suficiente para cegarme en su totalidad, cruzando las nubes, cambie totalmente a mi forma real. Aquella que me fue heredada y lo único que tengo de mis padres en mí. Comencé a sobrevolar las montañas tratando de grabarlas en mi mente, igual que un pintor antes de terminar el lienzo en el que ha trabajado toda su vida.
Alce el vuelo hasta el punto más lejano para tocar el cielo, acto seguido; me vine en picada cambiando a mi forma humana. Esta sería la última vez que intento desaparecer, mi nombre es Heytt Von Ströker y así deba recorrer el mundo entero… cumpliré todos mis deseos. Al entrar a través de una grieta, la luz poco a poco se volvió más tenue hasta desaparecer. Era el abismo de Hailmerix. Profundo donde se resguardan las minas del pasado, cambie inmediatamente a mi forma de dragón y al tocar el suelo, el oro se comenzó a mover bajo mis pies… Extendí mis alas iluminando mi habitación por el reflejo de la luz en los doblones que tapizaban el suelo.
Los dragones nunca han sido buenos compartiendo su oro después de todo… - Había recolectado esta pequeña fortuna en todos mis años de vida, sople fuego en las antorchas y cambie a mi forma humana acercando a una choza improvisada. El interior era bastante cómodo, una cama de plumas de Alvaricone. Algunas ollas, semillas, una lámpara de aceite y demás cosas hacían que este fuera mi hogar. – Madre… Padre… - Tome la esfera y la coloque sobre un altar rezándole un poco – Gracias por acompañarme hasta aquí. Maestro… prometo llenarte de orgullo aún en el más allá.
Estaba decidido, dejaría Artae en búsqueda de aquello que más anhelo… tome una mochila de mensajero, algunos doblones de oro puto, víveres para unos cuantos días – Mi verdadero destino.
Heytt Von Ströker
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