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[CB] La grieta (Terminado)

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Mensaje por Tori Lun Oct 10, 2016 11:34 pm

Participantes: Asenat Thema y Tori.

Tori : Miró nuevamente la grieta como si fuese un completo misterio para él. —Quizá la hicieron ellos... —Mencionó observando a un par de hermanos guerreros que le habían acompañado. O más bien, Tori les había acompañado a ellos. ¿Qué tenía que hacer un Pyrca encargándose de asuntos como una grieta en la muralla que separaba a Roar de Karr? "Lo dudo. Más bien creo que la llegada del otoño puede ser la causante. Pasar de tanto calor a frío tan pronto pudo haber afectado la estructura" Comentó uno de los guerreros. —Quizá sea eso. —Le palparon el hombro para comenzar a alejarse. "Nos vamos, Tori. No te lo pienses demasiado y vete a casa". —Iré en un rato más. —Estaba inquieto. No podía terminar de convencerse del origen de la grieta.

Asenat Thema : Tal vez no había sido buena idea seguir yendo a verlo… Y a verlo… Y a verlo de nuevo. No, en lo absoluto, eso no podía ser buena idea y no había hecho más que corroborarlo esa tarde, ni siquiera tuvo la oportunidad de observarlo de lejos… ¿Qué tanto hacía? Como Pyrca debía tener un sinfín de obligaciones, pero ah… Ella tampoco podía realizar aquel viaje día tras día. Aun así, ya conocía el camino, por lo que de manera relativa se sentía segura. En ningún momento se había topado con ningún mastodonte de Roar, ¿por qué esta tarde sería la excepción? Sin embargo, fue tal su sorpresa cuando, justo en el momento en el que iba a cruzar, había un hombre en la grieta que realizó ella misma ¡¿Tenía idea de lo mucho que le costó?!... ¡No, no! Debía enfocarse en otras cosas. Corría peligro, joder… Rápidamente buscó esconderse entre una de las rocas, caminando de puntitas para que los tacones no resonaran. Debía cambiar su vestuario. “Que no me mire, que no me mire, que no me mire…”, pero algo tiene que arruinar todo momento que aparenta ser bueno, en esta ocasión se trató de una diminuta piedra que, con el absoluto silencio del lugar, resonó. Solo pudo guardar silencio.

Tori : Le perturbaba mirar una abertura de ese tamaño. No cabía uno de esos corpulentos guerreros, pero sin duda sí un cuerpo más delgado y escuálido que ellos. ¿Podría ser un niño de allá? Quizá una mujer. Se cruzó de brazos y se recargó en la misma muralla sin dejar de ver aquella grieta. Entrecerró los ojos cuando un montón de recuerdos de aquella noche, cuando no era más que un niño. Frunció el ceño sintiendo que se torturaba sola. Estaba dispuesto a irse ya cuando una pequeña roquita hizo ruido. Naturalmente volteó a mirar, y sus ojos se abrieron al mirar que tenía toda la razón. Aquella vestimenta la delataba. —¡Lo sabía! —Gruño, y de un solo tajo le tomó por el cabello. No dudaba de la rapidez de ella, así que no la soltaría. Le mantuvo cerca. —¿Tú hiciste la grieta? —Amenazó en un rugido, abriendo aquellos ojos amarillos que se afilaban como agujas.

Asenat Thema : A pesar de que su integridad se vería en severo peligro, Asenat se percató de algo… Sólo pensaba en él. No supo qué hacer en el momento en el que la volteó a ver, por lo que sin más intentó escabullirse de aquel hombre y entrar por el agujero que había realizado, pero para su desgracia, ni siquiera llegó a mitad del camino. Fue agarrada fuertemente del cabello ¡Carajo! Aquello pudo presentar un cambio si no hubiera ido tan… Malditamente ostentosa. Aguantando los quejidos, la mujer sentía que respiración se agitaba así como también empezaba a sufrir de una taquicardia. Cerró los ojos, desviando la mirada de la ajena, la última vez que le pasó aquello… Todo terminó… De maravilla, ¿ahora que sucedería? La incertidumbre del momento le asustaba—, s-sí… ¡Lo hice! —podía escucharse una voz insegura de su parte. Apretó el entrecejo, empezando a forcejear de una forma patética. Tenía armas que no estaban a la vista, pero no quería usarlas de buenas a primeras—, ¡Suéltame! No… No he hecho nada de gravedad en estos lares… —era la verdad, ¿pero quién le creería, en especial a una Karr?—, ¡cerraré el hueco!

Tori : Cuando comenzó a forcejear el se aseguro de enredar perfectamente los dedos en aquella larga melena para evitar que lograse soltarse. Él también tenía el cabello muy largo, y aunque eran rastas, finalmente terminaba siendo lo mismo. Para su suerte el tenía el cabello hecho un nudo que impediría que la otra lo alcanzase. Estaba seguro de que ella tenía armas, era de esperarse de cualquier Karr, así que trataba de mantenerse atento, pero lo cierto es que la colera le estaba ganando por mucho. Abrió los ojos cuando le dijo que lo cerraría. —Los karr son todos unos mentirosos desalmados, ni creas que voy a llegar a creerte. No te librarás tan fácil. Si no me das una buena razón para dejarte ir, te haré arrepentirte de haber respirado nuestro aire siquiera. —Amenazó. —Y sé que traes armas, eso no cambia nada. —Dijo estirando más de su cabello para hacerle quejar. —Dime por qué lo has hecho. ¡Dímelo!

Asenat Thema : No podía dejar de pensar en lo mucho que la había cagado en sus acciones, pero lo hecho estaba hecho, debía prestar atención al presente; sin embargo, aunque intentara forcejear, en cada acción que realizaba lo único que sucedía era un incremento del dolor. Frunció el ceño aun más, dejando por unos momentos que fuera guiada por los movimientos ajenos. Siendo una zoomorfo, podía sentir la cólera del hombre envolverle, estaba siendo dominada por ella… Percibía su ansiedad, así como también sentía su propio temor ir en aumento. Tenía miedo. —¡Dé…! ¡Déjame! —el agarre en su cabello se intensificó, fue inevitable que soltara un quejido de dolor—, ¡aaaghr! ¡No pienso decirte! ¡Sé que no me crees, pero no tuve ninguna mala intención! —todo lo contrario—, ¡cierren ustedes mismos el jodido hueco para asegurar que no regrese! —aprovechando la posición en la que estaba, alzó la mirada, observándolo a los ojos ¿Un valor repentino? No en realidad, pero tampoco podía mostrarse temerosa. Afiló la mirada mostrándose los ojos afilados de la felina—, ¡Deja de estar jodiendo! ¡¿Qué puede hacer una mujer en Roar?! Aaaaghr… —cerró los ojos, buscando darle un rodillazo directo a la boca del estómago. Aun cuando la diferencia entre ambos rondaba los veinte centímetros, debía ver una forma de apañárselas.

Tori : Metió una pierna, y pegó la lengua al paladar en un siseo en muestra de que le había dolido, pero mejor ahí que en el estomago, o peor aún, más abajo. Jaló nuevamente su cabello. —Te estoy diciendo que me digas qué demonios vienes a hacer aquí. Me estás colmando la paciencia y eso no va a gustarte nada. —Dijo gruñendo y jalando esta vez con más fuerza. Era facil notar que no sería "amable" durante mucho tiempo más. Acto seguido usó una de sus piernas para meterla entre las ajenas y rápidamente la arrastró a un lado para hacer caer a la señorita, y que de ese modo su cabello se tensase, sin dejarla caer hasta el suelo. —No tienes idea de lo mucho que cualquier plaga como ustedes puede hacer si no se elimina a tiempo.

Asenat Thema : ¡Aaaaaghr! —carajo. Era más débil de lo que le gustaría, no había duda de ello. Los ojos de la joven se pusieron llorosos al instante, no de forma exagerada, más que nada se veían cristalinos—, ¡Ya, ya! ¡Hablaré! —aun así, no pensaba decir la verdad completa, ¿para qué comprometer a Lidag? Una relación entre una habitante de Karr y un Pyrca de Roar, si que fuese de Roar ya era imposible de concebir, tratándose de un Pyrca era aun peor. Lo metería en severos problemas ¿qué clase de… em….? Bien, ¿amiga? ¿Sería? Ni siquiera podía explicar algo de lo que sucedía ¡Jodidas hormonas! ¡¿Por qué no podía hablar con claridad?!—, alguien… ¡Alguien llamó mi atención durante un saqueo! —movía los pies de forma ansiosa, buscando incorporarse para que su cabello no se viera tan tensado—, ¡Sólo quería verle de nuevo, carajo! ¡¿Ok?! ¡Sólo eso!

Tori : Abrió los ojos sin poder creerselo. ¿Cómo le llamaba la atención? ¿Quería robarle algo? ¿Matarlo?... ¿le... quería? ¡No, imposible. Los karr simplemente no quieren! —Quiero este poso cerrado en dos días, o me encargaré personalmente de descubrir a quien querías ver, y hacer todo lo posible por impedirlo. —Le estaba dando una oportunidad de huir sin consecuencias. Le soltó del cabello lanzándola a que se recargase en el muro, a un lado de la grieta. —Dos días. Ya te vi, no voy a olvidar tu rostro, puedes tenerlo por seguro. —Le amenazó nuevamente.

Asenat Thema : El rostro de la karr se decayó al instante, ¿no… podría volver a verlo?... ¿Por qué? En momentos así, era inevitable que odiara… Y con toda su alma, su propia tribu. Aun cuando la agresión del otro provocó que sus ojos se tornaran cristalinos, era ahora que una lágrima se derramara. Tocó suavemente la pulsera que estaba en su muñeca, sacándola de la misma y escondiéndola entre sus ropajes, tampoco quería que en su propia tierra le cuestionaran. Sin embargo, fue descuidada, los sentimientos del momento no permitieron que viera las cosas como eran, ¿y si ese chico conocía a Lidag? Entonces… Entonces reconocería la pulsera. —Entendido, dos días serán, que nadie se acerque a este zona en ese tiempo, o no podré trabajar —sin más, le miró a los ojos, agradeciendo con un odio desenfundado sus acciones, a fin de cuentas… No le había delatado. En Roar, no todos eran crueles, le quedaba claro. Sonrió para sus adentros e incluso se iluminó su mirada; entró por la grieta, escabulléndose entre la oscuridad de la misma.

Tori : Le miró llorar y frunció el ceño. Tentía que ser una broma. ¿Una karr enamorada de un roar? Eso no podía ser sano, y en los ojos de Tori, simbolizaba el peor de los pecados. Quizá todo hubiese sido diferente si cuando era joven no hubiera tenido aquel accidente, quizá entonces sería comprensivo, quizá no veía a los Karr con tan malos ojos. Pero no era el caso. Aquel fatídico día sí había sucedido y había tornado a cualquier karr en un desalmado a los ojos del Pyrca. No podía creer que verdaderamente ella estuviese ahí por alguien. Tenía que haber una razón oculta. —Dos días. —Repitió después de ella al verle escabullirse. Entrecerró los ojos y tocó el muro por última vez antes de bufar asqueado y alejarse de ahí.
Tori
Tori
Pyrcas


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