Bandits & Leaves on the Tree [Priv. Johanna]

Pocas veces habría de visitar parajes como este, siempre observe estos bosques desde lo alto de las montañas en Artae, nunca pensé que me vería envuelto en lo maravilloso y misterioso de su interior. Caminaba a un buen ritmo, no llevaba prisa así que me tome mi tiempo para memorizar cada detalle. Las copas de los árboles se meneaban con el viento, era bastante helado pero, para mí; fresco pues el calor de mi caldera lo era más.

Al final, luego de un rato llegue hasta el sendero y mire en uno de esos viejos señalamientos el nombre del pueblo. ¿Cómo me tratarían las personas de la ciudad? No había dejado Artae desde mi nacimiento, todo lo que estaba por ver era algo nuevo… un mundo completamente abierto, idéntico a un buen libro.

El riachuelo se iba por todo el sendero hasta llegar al final. Pasando la arboleda mire amplios sembradíos, en su mayoría trigo pues la tierra parecía estar cubierta por un dorado como el del sol. El molino agitaba sus hojas con gentileza, me detuve a pensar si era un buen momento para abandonar. Tome un respiro y con convicción me dispuse a seguir adelante.

Justo cuando di un paso al frente, una carrera paso a mi lado a toda velocidad, se adentraba en el interior del bosque. La carreta parecía haber sido secuestrada pues los tipos que andaban encima no tenían buenas pintas. – No debo de entrometerme… - Mi mente pensó que era lo mejor para la situación, mis valores por otro lado habían guiado a mis pies hacia su dirección – Soy un idiota – Me dije a mi mismo mientras corría, extendí mis alas y volé rápidamente

La carreta termino por llegar a un claro rodeado por arboles donde se detuvo y volteo. Me pose en loa alto de una rama a observar con detenimiento, dos damiselas salieron del interior de la carrera amenazadas a punta de arma. Dos de aquellos tipos bajaron del techo y comenzaron a sacar todo de la valija, un par de sacos que evidentemente por el sonido que hacían al golpear el suelo tenían algo valioso.

Oro damasco, puro al 75%, lo he olfateado antes – Me dije a mi mismo, estaba indignado pues aquellos tipos eran tres. De querer hacerles frente podría devorarlos de un bocado pero; mi maldición no me permitía hacer justicia. Un estruendo abrumo al bosque pues el alarido que le siguió hizo mi sangre hervir.

La primera de aquellas damas sollozaba quejándose del acero que le había perforado la pierna. La otra chica por su parte trato de huir pero su cabello largo suelto al viento fue sujetado por una mano firme, la azotaron en el suelo.

¡Maldito! – Exclame molesto y salte fuera del árbol - ¡Hey cabrones, métanse con alguien de su tamaño! – Se me subió la sangre demasiado rápido a la cabeza. Llame la atención de aquellos mequetrefes y sorpresivamente de alguien más de quien no me había percatado. A unos pasos de mía vi una silueta salir del bosque - ¿Y vos? ¿También buscas problemas?

Una dama de cabello corto, con una banda en la cabeza… ¿colirio? Pensé.

¿Alguien que lucha por la paz y la justicia? - Pensé al verle pues no parecía nada amenazante y mucho menos "brava". No obstante, no conocía nada del mundo fuera de las montañas así que creería cualquier cosa, más si estaba de mi lado y no del lado de esas escorias. Uno de los bandidos se acerco con una de las chicas como rehén - ¡¿Sabes quién es esta maldita mocosa?! - Exclamo bastante molesto y clavo un poco más el cuchillo en la superficialidad de la piel de la doncella - ¡Esta maldita mocosa es la causa de todos y cada uno de nuestros males! Si por mi fuera ya la habría degollado cual cerdo ¡Por su culpa nuestras vidas hasta ahora...! - la chica aprovecho que el ladronzuelo se distrajo para darle un buen golpe en sus partes inferiores.

¡Cuidado! - Corrí hacia ella y endurecí mi piel derribándola antes de que una bala le impactase. Los ladrones se miraron entre sí, cogieron a la otra chica y la montaron a caballo para escapar. El que había sido golpeado se quedo protegiendo el escape de los otros tipos. Sentí algo de escozor pues la bala me había rozado el brazo - Ponte detrás mío - Le indique a la joven que rápidamente corrió a donde se encontraba aquella "héroe"

¡No tienes ni idea de en lo que te acabas de meter! - Con su cuchillo el tipo corrió hacia mi dispuesto a todo, me repuse como pude y me eche para atrás evitando ser cortado por el filo de su acero. Aproveche lo que tenía a la mano y le arroje un puño de tierra en los ojos. Este quedo nublado dándome la oportunidad de golpearlo en el rostro con fuerza brutal. Este se desplomo en el suelo inconsciente.

Creo que la salvamos eh - Dije mirando a la chica que había llegado después de mi. La doncella se echo a llorar para luego caer inconsciente del trauma. - Deberíamos de movernos de aquí, no sería bueno que regresarán con más tipos y terminen por cazarnos - Me sujete la herida del brazo pues era algo incomoda - Podré cargarle sin problema, lo que me preocupa es lo que vayan a hacer con la otra jovencita - Estaba furioso pues solo habíamos podido ayudar a una de ellas, la otra desgraciadamente era la que se encontraba mal herida de la pierna.

Sé que no es un buen momento pero, mucho gusto. Mi nombre es Heytt - Me acerque para estrechar su mano - ¿Ella es una figura publica o algo? - pregunte agachándome y quitando el cabello de la doncella - Ese tipo dijo que por su culpa estaban en algún tipo de situación. ¿Hay algo malo que esté pasando por aquí? - Se que sonaría estúpido decirlo en voz alta pero por un momento me dio la impresión de que había algo más grande que estaba pasando aquí. Algo que no estaba viendo... - ¿Quién eres? - pensé viendo a la joven - Venga, vámonos de aquí - Cargue en la espalda a la chica y le mire a la chica - ¿Conoces una buena manera de salir de aquí o algún lugar seguro? Yo no soy de aquí

Así es, pero tampoco podría decirle que venía de Artae. En general no somos muy populares...