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Choque Clandestino [Priv. Natalie Drake]

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Mensaje por Ekaterina Niurka Mar Abr 18, 2017 7:13 am

Ugh. Tan solo la vista del mar me mareaba. Las olas rompiendo contra la costa... los barcos bamboleándose... ¿A quién le gustaba el mar? ¿Para qué servía? El desagradable olor a sal... un sabor amargo en la lengua... la piel con un tacto extraño y no identificado después de pasar mucho tiempo cerca del agua. Y luego los barcos. Otro asunto detestable. ¿Para qué subirse a un barco? Por decisión propia no, en cualquier caso. Sentir el suelo moverse bajo tus pies, como si se fuera a abrir de un momento a otro. Dolor de cabeza y otros males diversos, signos del mareo. Yo, de hecho, solo había montado una vez, para ir a Kugg. Naturalmente, luego había vuelto. No podía pasar más de un mes fuera de Karr. De hecho, me costaba pasar más de dos días lejos. Era demasiado cobarde. Y, por alguna razón, no podía dejar de pensar en ello.

¿Por qué estaba en el puerto, entonces? ¿Por tratar de entrever un futuro mejor a través los barcos? No, eso ya sería demasiado, no quería torturarme más. Era uno de los sitios de Karr que más odiaba... teniendo en cuenta que yo odiaba todo Karr. No, estaba allí por los marineros. Para buscar negocio, como siempre. Atardecía ya y todo el mundo desembarcaba, los marineros y piratas karr incluidos. Por eso intentaba llamar la atención. Solo con una mirada podía determinar si eran karr o no. Tenían una mirada... diferente. Más agresiva. Y a veces más triste. Los barcos más grandes eran en general los de Kugg, pues era un Clan de grandes comerciantes. Y gente rica. Eso me gustaba. Tal vez alguno, tras pasar mucho tiempo en mar, me quisiera a mí.

No era la única que había tenido esa idea. Había más chicas, mejores, más ricas, mejor cuidadas y, en resumen, más guapa que yo. Como de costumbre yo era la más joven. Eso era, de vez en cuando, algo a mi favor. Pero generalmente no me elegían a mí. Y, pese a eso, aún no me había muerto de hambre. Eché una mirada rápida a una posada cercana. Necesitaba a alguien que quisiera pagar una cama. No llovía, pero podía llover. Hacía muchísimo calor y el cielo estaba nublado de forma amenazante. Mi vestido estaba casi totalmente desgarrado y no tenía nada para cubrirme de la lluvia.

Un par de barcos acababan de llegar. Uno era un barco de comerciantes, y el otro, un barco pirata. Me gustaban los piratas. Se emborrachaban, no tenían escrúpulos y pagaban bien. De vez en cuando me dejaban pasar la noche en su barco. No era agradable - insisto, odio los barcos - pero era un techo y una cama y eso ya era suficiente para mí. También me daban miedo. Pero a mí me daba miedo todo el mundo.

Me acerqué un poco más al barco y me apoyé en un árbol cercano, esperando a ver a los piratas desembarcar. ¿Quién sabe? Tal vez si me acercara se fijaran en mí. Del barco manaba un gran olor a alcohol. Pestilente, pero buena señal. Tal vez así consiguiera atraerlos, y además se dormían antes. La noche se iba acercando.
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Mensaje por Natalie Drake Miér Abr 19, 2017 10:02 am

De nuevo un viaje productivo, con sus más y sus menos por supuesto, aunque había conseguido reunir un curioso botín que seguramente acabaría desapareciendo en gran medida por alcohol, eso no podía faltar en su barco, le daba un ataque si no tenía suficiente para cubrir todo lo que era el viaje hasta el siguiente puerto en el que compraría más aún, cómo no. Tampoco es que la capitán Drake bebiese poco precisamente, un despiste y bebía mientras dormía o mientras luchaba, no iba a dejar de beber por una nimiedad tal como ser amenazada de muerte por un sable o una pistola cargada que le apuntaba a la sien. Bueno también hacían falta algunas cosas para el barco, si no se cuidaba correctamente no aguantaría tantos viajes como le gustaría y lo que a ella le gustaría es que ese barco resistiera hasta el fin de los tiempos si hacía falta, así que no dudaba en gastarse sus buenos montones en que estuviera a la perfección todo el tiempo. No quedaba mucho tiempo de sol, llegaron al puerto algo tarde pero no lo suficiente como para tener que esperar al día siguiente, aún podía comprar algunas cosas o mejor, mandar a alguien que lo hiciera mientras ella se quedaba ahí cerca, no pensaba dejar el barco solo por mucho rato. -¡Venga abajo ya! ¡No olvidéis lo que os toca a cada uno!- Ya había repasado un rato antes la tarea que correspondía a cada uno, eso iba por sorteo y al que le tocaba se jodía, básicamente, el resto podrían irse de juerga con su parte como era lo habitual.

¿Y ella? Pues esperó que hubieran bajado todos antes de bajar ella, botella en mano (eso ni se duda vamos) y con una sonrisa de oreja a oreja que ya se podía ir el mundo al infierno iba a seguir sonriendo igual, aunque probablemente tendría que ver con el alcohol en sangre que llevaba, poco no era desde luego. Aun con ello no estaba del todo contenta, no era un lugar que le hiciera demasiada gracia pues ese lugar tenía una preciosa condena a muerte sobre sus padres, vale que no le gustaba la vida que ellos querían y prefirió lanzarse a saco por el mar pero oye, que seguían siendo sus padres joder. Para ella no había condena alguna al menos de momento, no sabía si porque no sabían de quien era hija o puede que incluso les daba igual, pero sabía que tarde o temprano por su forma de actuar terminaría teniendo alguna ella también, que les den mucho. Ahí se quedó parada observando el puerto con cierta curiosidad, no era la primera vez que pisaba ese puerto pero si que había pasado basstante tiempo desde la última ocasión, ¿Seguiría todo igual de nauseabundo? Cualquiera diría que le daba asco ese lugar con la cara que mostraba, desde luego no parecía desagradada pero eso solo era lo que parecía para quienes no la conocían lo suficiente.

Había lo que cabía de esperar, trabajadores, tripulantes de otros barcos, mujeres, todas esas cosas, no se extrañó de nada aunque si le llamó ligeramente la atención una en concreto que... o estaba muy borracha o le pareció un pooco joven. Que sabiendo como era Karr no le sorprendía nada, la verdad, era un tanto molesto pero no le sorprendía, tan solo le llamó la atención y por el motivo que fuera al final pues se acercó, ¿Para contratarla? Pues la verdad es que no era muy fan de pagar por ese tipo de servicios, ella prefería conseguirlos sin soltar un duro y no solo con las "empleadas" en ello, con quien fuera, pero sin pagar, eso era como muy cutre. -Demasiado sola aquí, ¿No? ¿No cae ninguno hoy?- Vale, la sutilidad se la dejó en casa al salir de viaje y nunca volvió por ella, las cosas como son, tenía la delicadeza en donde no da el sol al menos a la hora de hablar, para otras cosas podría llegar a sorprender el cambio que pegaba alguien que por lo general se veía ebria y sonriente.
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Mensaje por Ekaterina Niurka Vie Abr 21, 2017 5:37 am

La meretriz se sobresaltó al oír una voz. Pretendió permanecer impasible, pero le fue difícil. Aún seguía asustándose de otras personas, lo cual era una terrible dificultad para Ekaterina. Pero qué le iba a hacer, era una cobarde y una asocial. En todo caso a todo el mundo le daba igual lo que alguien como ella pensara. Nunca verán el odio que hay en tu cabeza, era lo que pensaba a menudo. Pensaba demasiado. No es bueno pensar si la gente cree que no sirves para eso. No era una chica tonta, aunque tampoco era brillante. Simplemente era... retorcida, siempre pretendía ver "algo más" en las cosas más simples. Ser así puede fastidiarte la vida. Además, no era en absoluto optimista, sino terriblemente pesimista. Ambas cosas combinadas le otorgaban interminables horas de deprimente reflexión. Era una mujer la que le hablaba. Aún así, eso le daba igual, era una oportunidad. No quiso levantar la vista. Escuchó sus palabras y se sonrojó de forma súbita. Eso solo contribuyó a causarle más vergüenza. Siempre acababa metiéndose en situaciones incómodas. Al principio no se atrevió a contestar. El hedor a alcohol le llegó, intenso. Eso era mejor. Los borrachos no son conscientes de lo que dicen. Aunque posiblemente ella no estuviera borracha. Trató de reunir coraje para contestar.
- ¿Acaso te importa?- preguntó en un gruñido, aún mirando el suelo.- Creo que lo puedes ver por ti misma. De todas maneras, ni siquiera ha empezado realmente la noche.- se arrepintió amargamente de sus palabras, pero no se corrigió.

Volvió a pensar en su situación y comprendió que necesitaba alojamiento urgente. Solo un techo, cualquiera. Un sitio del que no la echaran. Alguna vez habían llegado a contratarla solo para hablar y esos habían sido de los días más felices que recordaba. Pero muy poca gente se compadecía en Karr. Era algo que sencillamente no se imaginaba. Por esa razón nunca le pasaban ese tipo de cosas. Lo que había dicho la mujer era cierto, necesitaba encontrar a alguien lo más rápido que pudiera antes de que todo se volviera oscuro y la lluvia comenzara a caer. La lluvia de Karr era un extraño y fatídico suceso que, para alguien sin educación como Niurka, resultaba inexplicable, como si solo fuera una mala jugada del destino. Eso era lo que pensaba en ese momento la meretriz, que esa mañana se había gastado todo el dinero que le quedaba en comida... que ya se le había terminado. Prácticamente su única esperanza era esa desconocida maleducada. Sí que estaba en una situación desesperada y se odiaba por lo que iba a hacer. Pero, de todas maneras, siempre se odiaba...
- Puedes irte. A menos que... me quiera a mí, Capitán.- dijo casi en un murmullo. Pasó a tratarla de usted para no parecer demasiado desagradable. Por su vestimenta notaba que era pirata. Aún sin mirar - seguía sin atreverse - le acarició la mejilla con su mano pequeña, fría y temblorosa.

Esperaba recibir una mirada de desprecio, de asco o, incluso peor, de tristeza. No quería dar pena. No quería la compasión de nadie. Por suerte esta no parecía dispuesta a hacerlo. Ella necesitaba dinero. ¡Incluso hubiera accedido a una habitación, por pequeña que fuera, en lugar de que le pagaran! Rara vez hacía eso. Menos si iba a llover, por supuesto. Levantó un momento la mirada, pero lo que vio le hizo estremecerse, aunque apenas distinguió nada. Se acercó un poco más a la otra, hasta estar casi pegada a ella. Era bastante más alta que Ekaterina, aunque eso no era difícil. Casi notaba su mirada y sentía su aliento. Se odió aún más, pero no se movió. Se hizo la pregunta que tantas veces se había hecho: ¿Cómo es tener a alguien que no puede negarse? No llevaba mucho tiempo en comparación con otras, de hecho, debido a que solo tenía quince años, era una novata, pero ya lo hacía todo de forma automática, sin ni siquiera sentir nada. Habían conseguido que estuviera vacía.
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Mensaje por Natalie Drake Sáb Abr 22, 2017 8:55 am

De las apariencias nunca hay que fiarse, es un hecho innegable, no sería la primera vez que se cruzaba con una persona que no aparentaría superar la quincena de años, máximo diecisiete si apuras muchísimo el aspecto, y terminabas sorprendiéndote de saber que tenía más de cien años. La impresión que le daba la contraria en ese instante era de alguien demasiado joven para estar en esa situación al menos para su gusto, aunque como ya mencionó anteriormente (en su mente al menos) de Karr no le extrañaba nada, por otra parte no dejaba de ser probable que el aspecto no correspondiese con su edad real pero eso ya lo iría sacando con tranquilidad. Permaneció cerca por algunos segundos mientras la observaba de reojo, no le miraba directamete e incluso cuando le habló le dio la impresión de que lo hacía con miedo por eso, porque no le miraba, que a lo mejor solo le estaba haciendo el paripé de damita en apuros, a muchos les gustaba eso, vete a saber si es que había gente muy rara (mira quien habló). -Pues a lo mejor sí, a lo mejor me importa saber si estás ocupada o no, a lo mejor me interesa burlarme un poco o a lo mejor me apetece pillarte... o que coño a lo mejor hasta me preocupa, habría sido más acertado preguntar el por qué me importaba.- Casi parecía que estuviera desvariando, porque también reía mientras lo decía y eso como que le quitaba algo de credibilidad a su cordura en esos momentos, pero lo bueno es que salvo su tripulación nadie más sabía lo que hacía o dejaba de hacer o por qué, y era mejor así.

No era su primera vez en Karr, cosa que también pensó y por tanto no era ajena a que se acercaba el momento de Säure Regen y no se le apetecía mucho que se diga que le pillase por delante, prefería salir por patas de ese puerto antes de que empezara, maldita la gracia de quedarse ahí encerrada hasta que amainara. De hecho la idea principal era reabastecer el barco a toda leche, reparar lo que tuviera mal y salir de allí lo antes posible, pero como mínimo se iban a tener que esperar a la mañana siguiente y si tenían suerte no les pillaba la jodida lluvia. Se había despistado un poco con la tontería, que estando con la botella en la mano y oliendo a alcohol no extrañaría a nadie que se le fuera la pinza de repente porque si, pero volvió a la realidad con las nuevas palabras de la chica que ahora pasaba a tratarle de capitán, sería que le escuchó antes pegando berridos o algo. -¿A ti? No se, puede ser... aunque me jode pagar por una habitación con el bonito camarote que tengo y bien espacioso que es oye. Si no te marea un barco claro.- Aunque era evidente porque acababa de bajar de él, se tomó la molestia de señalarlo rebosante de alegría, mucho cariño le tenía a ese barco y se le notaba bastante cuando lo mencionaba aun bebida, aunque ella siempre estaba bebida, no es que se fuese a notar mucho la diferencia.

Seguía sonriendo como si no pasara nada, como si no hubiera razón en el mundo por el que estar triste o decaída, era la expresión que más se le veía en la cara junto con la de completamente dormida que era cuando único podía cambiarle la expresión, o al menos que todos supieran era así. En ese momento ni tan siquiera estaba pensando en la chica o lo que hacía o por qué, sería falso decir que en cierto modo no le daban ganas de protegerla pero más que por lástima era porque ella era así siempre, si no le jodías directamente a ella o a su gente, le importaba un huevo. Pero eso lo pensó en el momento de verla y acercarse a hablar con ella, ahora se había quedado mirando el barco por algunos segundos quizá muy largos fijamente, apenas y por un segundo la sonrisa se borró de su cara e inmediatamente dio otro trago de la botella que llevaba para recuperar la expresión de siempre, fue breve y como la chica no parecía interesada en mirarle directamente no lo notaría. Eso pensaba ella al menos, luego de vuelto a beber y recuperado la sonrisa como si nada si que la miró a ella, hasta por un momento se le había olvidado que era más baja y la buscó en frente suya para darse cuenta que tenía que bajar la mirada. -Hostia que te perdí de vista... qué fallo más tonto- Y se volvió a reír como tonta ella sola.
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Mensaje por Ekaterina Niurka Sáb Abr 22, 2017 11:14 am

No cabía duda, la mujer estaba ebria. Ekaterina no sabía cómo reaccionar ante eso, aunque le pasaba la mayor parte de las veces y simplemente se comportaba con normalidad. También tenía miedo de los borrachos, pero al fin y al cabo no podía permitirse mostrarlo, así que no importaba. La meretriz era realmente miedosa... y curiosamente, tenía un deje inocente, aunque generalmente era difícil verlo por su actitud distante. Tampoco hablaba mucho. No tenía con quién hacerlo y no lo veía necesario. Por esa razón, con el tiempo, se le había hecho realmente difícil abrirse a alguien, aún no lo había hecho, no completamente, no confiaba en nadie... En Karr la gente no era confiable. Era aterradora, sobre todo para los extranjeros. Aunque se necesitaban más de quince años para acostumbrarse a ello. Y en Karr nunca sabes cuánto tiempo de vida te queda. Era extraño que Ekaterina pasara sus días - y sus noches - en una de las zonas más peligrosas junto a desconocidos y aún siguiera allí. No es que no le hubieran pasado cosas, no: de hecho había tenido varios problemas diversos. Pero nada lo suficientemente grave como para acabar con ella. Era una niña, sola en el Sector Rojo, de las más débiles que te pudieras encontrar, pero allí estaba. Había decidido cambiar al Puerto por un día y no parecía que le fuera mal. Al menos había conseguido entablar conversación, ya era algo.

- No siempre se hacen las preguntas correctas.- protestó, aunque intentando no enfadar a la joven. Eso podría resultar catastrófico. Si algo le ponía nerviosa era tener que temer a todo el mundo. Pero un par de rumores empezados por cualquiera y estaba acabada. Trabajaba para el pueblo. Respondía ante el pueblo. Era la esclava del pueblo. En parte un buen rumor siempre era beneficioso, pero no merecía la pena vivir con el miedo. Tampoco tenía muchas opciones, volverse vagabunda, mendigar, matar por dinero... no, eso era impensable. O podía irse. Pero era demasiado cobarde. Le alivió saber que tendría techo por el momento. De hecho, las lluvias duraban mucho, y seguramente volviera a estar en la calle bajo la tormenta al poco tiempo, pero era algo... Hasta que oyó lo del barco. Eso volvió a hacerle sentir angustiada y... sí, aterrorizada. Se sintió mareada pese a estar en tierra firme.
- ¿Un... barco?- dudó. Era o el barco o la lluvia. Una decisión difícil. - De acuerdo.- extendió la mano para que se la estrechara.

Sin duda estaba orgullosa de su embarcación. Era algo que la rubia no comprendía. ¿Estar orgulloso de un trozo de madera que se bambolea, amenazando con volcarse? Al menos eso confirmaba sus suposiciones, pues lideraba el barco. Lo había dicho simplemente porque a todos les gustaba ver que les confundían con alguien poderoso. Y decía que su camarote era "espacioso"; aunque no se podía creer sus palabras, pues estaba ebria. Y además seguramente la meretriz no tuviera mucha oportunidad de recorrerlo. Ese día había comido decentemente, pero aún así tenía hambre. Siempre tenía hambre y nunca tenía comida. Ese era un gran problema para alguien sin dinero y sin familia. Aunque, bueno, puede que recaudara dinero suficiente para algo esa noche. Llegados a este punto, le daba igual todo. Podía morirse de hambre y ni siquiera se enteraba. De hecho, en caso de que se muriera, nadie se daría cuenta. No eran pensamientos optimistas, por ciertos que fueran. Decidió pensar en otra cosa. Justo en ese momento, la capitana bajó la mirada y miró a Ekaterina directamente a los ojos. Se echó a reír. Al no saber reaccionar, Niurka forzó una sonrisa torcida. Incómoda, decidió terminar con la situación.
- ¿...Vamos?- propuso, tomando suavemente el brazo de la otra y conduciéndola hasta el muelle. El corazón le palpitaba en el pecho. Un barco... ¿Por qué tenía que ser un barco?
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Mensaje por Natalie Drake Sáb Abr 22, 2017 2:48 pm

Vale que apestara a alcohol, vale que se le fuera la pinza a veces y se quedara mirando a la nada, vale que no soltara la botella ni por error pero lo que la mayoría no se daba cuenta es que aun con todo eso ella sonreía como si nada, andaba perfectamente y apenas se notaba en su cara rubor alguno por el alcohol en sangre. Era curioso como apenas nadie notaba esos pequeños detalles al igual que no notaban los microsegundos en los que le cambiaba la cara a la mujer, ese detalle claro era el mas difícil de notar al ser tan breve, tampoco era algo que quisiera que vieran y tal vez era por eso que nadie se daba cuenta. Claro, estaba la posibilidad de que alguien se hubiera dado cuenta pero decidiera no decir ni mu, siempre era una opción, no podía saberlo a ciencia cierta y la verdad es que mientras no le dijeran nada directamente estaría mas que perfecta, lo lógico es que si tratas de ocultar algo es precisamente porque no quieres hablar de ello, notarlo puede ser un palo pero era lo de menos, mencionarlo ya era otra cosa muy diferente y eso si le ponía de los santos nervios, por no decir que le cabreaba bastante. Pero en ese momento no era un problema, ¿No? ¿Qué clase de "mujer de compañía" se preocuparía por preguntar esos detalles? Ninguna o casi ninguna seguramente, les interesaba lo que les interesaba, ganar dinero, vamos era lo normal en cualquier trabajo aunque seguro alguna guarrilla habría por ahí que lo hacia por puro vicio, que tampoco seria tan raro.

Miró con los ojos entrecerrados a la chica cuando esta le replicó, como que le sorprendió un poco que lo hubiera hecho aunque eso en parte era bueno, era un detalle a tener en cuenta, o tenia muy mala leche o no estaba precisamente contenta, esas cositas te daban pistas de lo que se cocía en la mente de las personas, tampoco es que les pudieras adivinar ni leer la mente pero si aprender sobre ellos, muchos charlatanes se ganaban la vida engañando así. -¿Si? ¿Pues sabes lo que te digo?- Comenzó hablando con cierta autoridad y falsa molestia. -Que tienes toda la razón- Y de nuevo se echó a reír, porque si, a ese nivel estaba la pirata que parecía una demente cualquiera o una borracha tan borracha que en nada se olvidaba de su propio nombre. Sea como sea la mujer vió como la rubia le extendía la mano y esta simplemente la estrechó como tenia que ser... o como ella creía que tenía que ser, como si hubieran hecho un trato importante solo le dio la mano y luego la soltó, pero la libre, la del ron no. Tampoco es que fuera la persona mas inteligente del mundo escondiéndose en una fachada de borracha sucia, pero si que era más astuta de lo que seguro nadie pensaba al verla y lo suficientemente perspicaz para darse cuenta de algunos detalles, o no le gustaban mucho los barcos o se estaba esperando otra cosa porque le había oído vacilar a la hora de aceptar subir al barco, a lo mejor se esperaba que le llevara a una posada de lujo o algo y va a ser que no, o a lo mejor solo le incomodaba el barco, ¿Cuál sería? lo descubriría apenas subieran al barco.

Al menos pudo verle al fin los ojos, porque todo el rato le habia estado viendo la coronilla desde arriba y como que ya cansaba un poco, lo que no le gustó tanto fue que dicho contacto visual durara tan poco tiempo, habia quien decia que los ojos son el espejo del alma, que podias saber mucho de una persona solo mirándole a los ojos fijamente, por desgracia no tuvo tiempo asi que lo unico que pudo ver fueron un par de esmeraldas que ya quisiera ella en su cofre. En cuanto notó como le estaba llevando se dejó guiar, como si no supiera dónde estaba su propio barco pero bueno, el caso era no hacerle el feo a la chica y dejarla que le llevara un poco, que a lo mejor si sentia que tenia algo de control sobre la situacion no se incomodaba tanto. No estaba muy lejos, de hecho apenas se alejó unos metros del barco cuando vio a la rubia junto al árbol asi que llegar les llevó menos de un minuto, el caso ahora era subir a bordo. -Venga mujer que no muerde- Se echó a reír de nuevo subiendo con ella a cubierta, estando el camarote del capitán en la popa tendrían que ir a ma trasera del barco, ya desde fuera se podía notar que pequeño precisamente no era pero cuando entrara seguro se llevaba una sorpresa, las apariencias engañan ¿No?
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Mensaje por Ekaterina Niurka Dom Abr 23, 2017 9:48 am

No era extraño que Ekaterina se volviera súbitamente curiosa, tal vez fuera fruto de su lado infantil que rara vez dejaba entrever. En esos casos se le iba el miedo momentáneamente, reemplazado por la necesidad de respuestas. Eso le pasó con la capitana. Le gustaría haberla visto sin que estuviera bebida. Así hubiera podido... conocerla. Nunca tenía interés en conocer a nadie, no realmente, pero aunque solo fuera saber un rasgo verdadero de su personalidad... Pero seguramente de no estar ebria ni siquiera hubiera salido de su barco, ¡Y no le habría dirigido ni siquiera una mirada! Las preguntas eran peligrosas y era mejor no hacer demasiadas, eso es lo que la adolescente había aprendido con el paso de los años. De vez en cuando hubiera deseado ser mayor de lo que era, pero al fin y al cabo su edad era lo único que la diferenciaba de las demás. No podía deshacerse de eso. Aunque, naturalmente, no iba a permanecer joven toda la vida. Era una humana normal. ¿Qué haría cuando no pudiera ganarse la vida de esa manera? Simplemente... ¿Dejarlo estar? No, imposible. Pero es que ella no servía para nada.

No se sentía humillada, más que nada porque no podía. Había perdido esa habilidad hacía tiempo. ¿Una meretriz avergonzada? Difícil de ver, a menos que fuera muy nueva. A veces incluso había llegado a fingirlo, pero era difícil y no merecía la pena. Simplemente se encogió levemente de hombros. No le gustaba que le dieran la razón así. Nunca le daban la razón de ningún modo, y menos de forma tan brusca y antinatural. Alguien sobrio nunca haría eso. Tenía que hacer algo antes de que el miedo volviera a envolverla. Algo que le demostrara que era alguien real con quien estaba hablando, alguien con consciencia y no solo llevado por el alcohol. La capitana le hizo avanzar. Un barco. Al poner un pie sobre la cubierta sintió miedo. Al pisarla con los dos pies se mareó.

Se dirigieron hacia el camarote. Ekaterina ya había visto alguno, pero de marineros de baja categoría solamente, y tampoco había podido observarlos claramente, tenía otras cosas que hacer más allá del turismo y no la contrataban para mirar a su alrededor. Pero este lugar era diferente. Era... grande. Muy grande para alguien que ha visto tan poco como Ekaterina. De hecho estaba un poco desordenado. Había una mesa bastante grande con una silla al lado, como si de un despacho se tratara - y eso era posible. Al entrar la rubia se quedó un poco sorprendida, casi olvidó que estaba en un barco. Olvidando cualquier tipo de educación se acercó a la mesa y se sentó encima de ella, mirando a su compañera.
- Dime cómo te llamas. Es necesario. Seguridad y esas cosas.- era estúpido, se podía decir un nombre falso sin ninguna dificultad.- Y deja la botella.
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Mensaje por Natalie Drake Lun Abr 24, 2017 4:23 pm

La "capitán Drake" seguía riendo sonoramente importándole tres pepinos lo que pudieran pensar de ella y es que lo más probable es que todos pensaran que estaba borracha como una cuba o estaba como una cabra, cualquiera de las dos le importaba poco o nada realmente y si se lo decían seguramente hasta se reiría más. Siempre habían cosas que no sentaban bien, siempre habían palabras que podían hundir a cualquier persona por muy fuerte que ésta fuera, ese punto débil que todo el mundo tiene sin excepción y que por supuesto Natalie también tenía. Pero, ¿Quién iba a saber qué tenía que decirle a la pirata? O mejor preguntado, ¿A quién le importaba herirla a ese nivel? A alguien que se dedicara a cazar piratas a lo mejor si, le vendría bien porque sería una buena forma de desconcentrarla y atacarle o de manipularla, quién sabe. En cualquier caso la chica con la que se había parado a hablar no tenía mucha pinta de eso y aunque lo fuera no es como si se lo fuera a decir, el papel de ebria tonta que se deja engañar por una meretriz parecía más propio de piratas y si intentaba algo, pues le pegaba un tiro aunque no le gustara la idea.

Luego de subir al barco junto con la joven y llevarla hasta el camarote se apoyó en el borde de la puerta esperando ver la reacción de la extraña, seguro que no se esperaba que fuera tan ámplio como había dicho estando bebida, o incluso si le creyó seguro no esperaba que fuera tan grande. Aunque desde luego el orden brillaba por su ausencia, ¿Qué se esperaba de una persona que se pasaba el noventa por ciento del tiempo bebiendo? Y el otro diez por ciento era porque dormía, y no era de extrañar verla incluso dormida botella en mano y bebiendo cada cierto rato. La miró fijamente mientras entraba al camarote e iba hasta la mesa para sentarse en ella, no en la silla frente a la mesa no, encima de la mesa, casi parecía que le hubieran cambiado a la acompañante pues a diferencia de lo que había mostrado hasta ahora, casi parecía entretenida. -Drake, capitán Drake, o si es demasiado largo Nate.- ¿Por qué Nate? En su cabeza la pregunta correcta era "¿Por qué no?" a ella le gustaba, con eso era más que suficiente. Ya en cuanto escuchó lo siguiente que dijo, la expresión de su cara cambió a una un tanto seria, arqueando una ceja. -No te lo recomiendo...- Dijo sin más, separándose del borde donde se había apoyado para entrar del todo y cerrar tras de si, luego fue hasta la mesa y se sentó pero ella si en la silla frente a ella, mirando a la rubia ahora con cierta curiosidad.

-¿Y el tuyo?- Tal vez no lo supiera pero le había dicho su nombre real, esperaba que hiciera lo mismo aunque claro, no tenía ninguna garantía de ello, ni tampoco tenía una forma de comprobarlo realmente, aun así tuvo un poquito de fe y preguntó por curiosidad, desviando el tema de la bebida.
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Mensaje por Ekaterina Niurka Mar Abr 25, 2017 1:24 pm

Sacudió las piernas en el aire en un gesto brusco, infantil e indecoroso del que disfrutaba sorprendentemente. Pero eso no le quitaba el mareo, que poco a poco iba abriéndose paso en su cuerpo. Se sentía cansada y mareada, con ganas de tumbarse y de no hacer nada, aunque había estado durmiendo todo el día como solía hacer. Pero, total, ya estaba contratada por una pirata algo... peculiar, y sin duda adicta a la botella. La meretriz odiaba el alcohol, pero a veces era lo más fácil de conseguir, y entonces no solía protestar. No había nada malo en ello, es decir, necesitaba beber algo, lo que fuera.
- De acuerdo, Capitán Drake, haga como quiera.- bufó, pensativa.- Yo solo lo hacía por su comodidad.- se encogió de hombros con aire resignado. Ya llevaba un tiempo y aún así seguía pensando que alguien se iba a tomar en serio su opinión. Hacer cosas contra la voluntad de la meretriz era la especialidad de los karr, o eso le parecía.

- ¿Qué más te da mi nombre?- gruñó, antes de darse cuenta de que estaba trabajando. Bajó un poco la cabeza con un aire sumiso con un toque resignado y ridículo. De todas maneras, tampoco le podía hacer mucho daño decirlo... ¿a quién le importaba?- Yo soy Ekaterina Niurka. Puedes llamarme como quieras, la verdad.- admitió. No estaba en condiciones de exigir y rara vez se acordaban de su nombre - mucho menos los borrachos.- Lo siento mucho, pero no quiero pasarme aquí todo el día, ¿entiendes? Así que paga lo que quieras, siempre y cuando sea algo y soy tuya. Hago lo que quieras. Como si me pides que me tire por la borda, aunque dudo que sea eso lo que quieras...- se estremeció con su propia idea.- ¿Verdad? Lo que quieras. - insistió. - Pero acabemos ya con esto.- protestó. De repente se sintió enfadada, pero estaba demasiado cansada para que eso le durara mucho tiempo.

Olvidándolo todo despejó un poco la mesa y se tumbó en ella. Se sentía fatal, terriblemente mareada, pero tenía que cumplir con su deber y después irse de allí. Podría aguantar. Había pasado por cosas peores (mercenarios, ladrones, borrachos más agresivos) pero con tal de ganar algo de dinero le daba igual.
- Mira...- dijo, o más bien resopló.- Puede pagar incluso menos de un Exo, pero me haría un favor dándome un poco de esa bebida suya...- olvidó su odio hacia el alcohol, e incluso su poca resistencia a ese debido a su edad. Ya se había emborrachado alguna vez y solo recordaba paisajes borrosos y sensaciones horribles. Pero así no se marearía y además todo pasaría más rápido. Comenzó a oír las gotas de lluvia. Tal vez fuera mejor que no fuera tan rápido. Se puso en pie y se acercó más a Nate.
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Mensaje por Natalie Drake Mar Abr 25, 2017 4:06 pm

La pirata podía tener muchas razones por las cuales recibir "compañía" en su camarote pero la idea de tener a una "profesional" era algo completamente nuevo, probablemente más de la mitad de su tripulación se quedaría anonadado de ver algo como eso porque, por lo general no sólo no le gustaba sino que además le molestaba. Pues si, le molestaba, ¿Entonces que hacía esa chica ahí con ella? Ah, le tocará descubrirlo a ella sola porque la capitán Drake no lo iba a decir tan fácilmente, claro que ella tampoco tendría ni puñetera idea de cómo era o dejaba de ser la pirata por lo que no lo notaría tan de primeras, a lo mejor si era lo suficientemente lista y se iba dando cuenta de las señales entonces sí que lo pillaría luego de un rato. Por ejemplo a la rubia no pareció gustarle que le dijera que no a lo de la botella, pero lo que obviamente no sabía es que era mejor que la tuviera en la mano, para ambas, y si insistía un poco más en que la soltara entonces se daría cuenta de por qué lo había hecho. -Pues no quiero soltarla, ¿Te molesta?- Preguntó tranquila aunque mantenía el cambio brusco en su humor, no sonreía como antes ni reía por cualquier tontería, ahora hasta parecía normal o al menos como si no se hubiera bebido tres como la que tenía en la mano.

De nuevo se mantuvo callada y con ese aire un poco serio cuando escuchó su pregunta, viendo como de repente cambiaba su carácter como si le hubiera mandado a callar o algo, ¿a qué se debió ese cambio repentino? Alguna razón tendría que tener, pasó de quejarse a bajar la cabeza como un gatito abandonado y decir su nombre como si nada, pasando luego a decirle que la podía llamar como quisiera y luego un rollo sobre que sería suya y tal y tal. A partir de ese punto la mujer desconectó por completo de la conversación y se puso a pensar rodando los ojos hacia el techo, si, le estaba ignorando descaradamente pero porque todo ese rollo de hacer lo que quisiera no le interesaba en lo más mínimo. Para mandarla a callar, sin mandarla a callar realmente, subió disimuladamente las piernas a la mesa para apoyarlas y con una de ellas dio un pequeño golpe en ella, lo suficientemente fuerte para llamar su atención pero no tanto como para que se asustara y saliera por patas. -Vamos por partes, primero si quieres comida y agua o ron también, en la mesa de ahí atrás hay lo que quieras- Señaló una mesa algo más pequeña que le hacía de comedor. -Es lo único que queda hasta que traigan los nuevos suministros pero al menos es algo. Segundo, no tengas tanta prisa, no creo que quieras salir con la lluvia y ambas sabemos que no es poco lo que dura.- También se había percatado de que estaba empezando a llover, ahí dentro no debería de tener problemas en teoría.

Le acercó la botella mientras hablaba, ya que parecía tan interesada en ella aunque en la mesa había más. -Tercero, vamos a hacer un pequeño trato si te parece, te lo propongo. ¿Y si te pago por tu sinceridad absoluta? Da igual que la respuesta sea un insulto hacia mi, como si me quieres llamar puta mientras me respondas con sinceridad a lo que te pregunte... ¿Te parece mejor que lo otro?- No era la persona más fina del mundo pero tampoco tenía muchas ganas de decirle esa palabra en concreto, por alguna razón en ese momento no le parecía bien, y total estaría entretenida hasta que se acabara la lluvia... el problema es que la lluvia poco precisamente no duraba y eso tendría que saberlo la chica tanto como Natalie.
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Mensaje por Ekaterina Niurka Mar Mayo 23, 2017 11:50 am

Ekaterina no sentía nada. Nunca sentía nada. Un ligero toque de tristeza, de vez en cuando, en aquellos momentos en que se forzaba a pensar de verdad. Pero nada más. Era una muñeca de trapo que cualquiera podía coger, que pendía de las manos de otros de forma inerte. Esos pensamientos que generalmente evitaba tener tampoco le brindaban ninguna emoción. Cierto era que a veces se enfadaba, pero era una ira tan contenida que ni siquiera podía ser considerada como tal. Maldecía en silencio su aspecto inofensivo y a menudo se repetía, ¿por qué no había nacido hombre? Así todo hubiera sido más fácil. No, no, eso no era verdad, era solo una justificación estúpida. De haber sido más inteligente, de no haber sido una niña de trece años influenciada por el lugar hinóspito que la rodeaba, hubiera podido hacerse comerciante, médico, marinera... ¡Incluso pirata si la situación lo requería, aunque eso de arriesgar la vida no era lo suyo! Y la verdad era que tenía escasa visión para los negocios, pero la verdad es que todo hubiera sido una solución. Incluso recuperar el negocio de su padre, que tenía muchos contactos, aunque la idea de hacerse mercenaria le asqueaba tanto como la de ponerse al servicio de la Reina.

Se quedó sorprendida ante la oferta de la Capitán. Bueno, no sorprendida exactamente, pues como hemos dicho hacía tiempo que no experimentaba la sorpresa. Más bien... se olía algo raro. Eso no era normal, en absoluto, de hecho. Algo tenía que pdir a cambio.
- No puedo aceptarlo.- contestó de forma algo brusca, aunque tratando de evitar ser maleducada. Esperaba que Drake lo entendiera, aunque no estaba segura. Aún parecía estar borracha y no le apetecía mucho tener una conversación con alguien así. Al principio, hacía años, le aterraba la gente así, pero era su entorno, y, pese a los malos recuerdos, era perfectamente capaz de aguantarlo. Aún así prefería alejarse. Le molestó un poco que Drake supiera tanto sobre Karr, pese a que Ekaterina detestaba su hogar.
- Sí, bueno. Llevo quince años viviendo con esto. Sé controlarlo.- Mentira. Se limitaba a huir de la lluvia soltando chillidos, pero, ¿acaso eso le importaba?

- ¿Sinceridad?- preguntó, extrañada. - No tengo por qué mentir,
pero advierto que no sé mucho.
- contestó con tono despreocupado - y francamente aliviado. No sabía qué tipo de preguntas esperarse. Era solo una adolescente, una meretriz que nunca había recibido educación. No necesitaba respuestas. No merecía respuestas. - En fin, que puedes creerme, ¡Lo juro!- dijo llevándose una mano al pecho con su mala costumbre de jurar. Pasó a tutear a su interlocutora. No es que le hiciera gracia contestar a las preguntas, pero al menos era mejor que todas las demás alternativas. En ese momento, por alguna razón, se volvió infantil, como la niña que realmente era. Se encogió de hombros, casi sonriente, como si prácticamente estuviera animada.- No tengo por qué llamarte así. Sé que la puta soy yo.

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Ekaterina Niurka
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