One more step ... (Priv. Calyare)

¿A quien se le ocurría salir a esas horas? Solo a Calyare se le pasaba eso por la cabeza, pues el día había empezado con un clima decente y apropiado para dar un paseo, más a medida que se hacía de noche todo el panorama. Su caminata se había alargado hasta bien tarde, por suerte supuso que pasaría eso y se preparó algo que al final no comió, las ganas de aventuras y de estar de nuevo en contacto con la naturaleza, algo innato en ella y una costumbre que no pensaba olvidar.
A medida que volvía, las nubes se fueron cerrando cada vez más, amenazando con una tormenta próximamente, no le importaba mojarse pero era preferible no hacerlo y evitarse algún malestar o simplemente tener que lavar la ropa, la cual no la resguardaba mucho del frío que empezaba a crecer, pues unos pantalones bombachos, una camisa de manga corta y un calzado de tela no era lo más abrigado que tenía. A un paso rápido pero a la vez alegre, comenzó a avanzar ya hacia la aldea, totalmente ensimismada hasta toparse con algo en el suelo, casi habría tropezado de no haber tenido buenos reflejos.
Miró el bulto desde atrás, notando a medida que lo rodeaba que se trataba de una persona tirada en el suelo, no sabía cómo es que alguien estaba ahí sin más, por lo que se sentó frente a él, de piernas cruzadas y sin preocuparse pues no llevaba falda, algo que a veces tampoco le importaba.
Observándole desde esa perspectiva intentó adivinar algo sobre su procedencia, tal vez incluso su raza, pero no pudo dar con nada en claro. Se acercó un poco más, quedando a pocos centímetros y así tomarle el pulso, el cual parecía ser algo lento pero constante, por lo que de inmediato se dedicó a darle golpecitos en la mejilla con el dedo índice, con la intención de despertarlo con algo de cuidado.
Más parecía estar inconsciente “¿Cómo podría despertarlo?” Se preguntó en su propia mente, imaginando miles de maneras, entre ellas estaba tirarle una roca a la cabeza, pero eso era más cómico que eficiente. Optando por lo más seguro, tomó de su mochila la botella de agua, la cual todavía permanecía algo fresca. Se empapó la mano y tomó la botella con la otra, dándole unas palmadas con esta para refrescarle– Oyeee –Le llamó sin éxito, cambiando a una táctica más radical. Puso la botella sobre la cabeza del peliazul, y de golpe la giró para así hacerle caer toda en esa zona, si no se despertaba con eso ya sería un problema del cual no quería hacerse cargo.
– Chico, deberías tener en cuenta que hay tormenta, si no te levantas te pillará de lleno–Le comentó pues creyó verle reaccionar, no estaba segura pero tampoco dejaría pasar un posible momento de lucidez. Si no despertaba, no le quedaría más remedio que hacer algo, pero no sería mas que llamar a otra persona, no pensaba hacerse cargo de alguien medio muerto, tal vez si fuesen otras circunstancias si podría hacer algo más, pero ese no parecía ser el caso.